26. Él comprendió cuán pequeño era su mundo

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La puerta de la pastelería se abrió y su amigo apareció, cubriéndose con su chaqueta. Afuera estaba lloviznando. Hannibal lo saludó con una sonrisa, pero se quedó con la mano congelada en el aire cuando vio con quienes estaba.

—¿Qué significa esto?

«Sí los conoce, diablos. Va a matarme».

Zack miró a Layla, ella se había puesto pálida y miraba alarmada a su hermano.

Elijah se puso de pie.

—¿Qué hace él aquí? —exclamó.

Ella cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza.

—Tú me dijiste que lo invitara —dijo Zack.

—No nos dijiste quién era tu amigo —respondió ella.

Él levantó los brazos a la defensiva.

—Yo no sabía que se conocían.

Ella estaba a punto de contestar, pero Hannibal respondió con su voz monótona.

—Estoy aquí por Charlie, si hubiera sabido que ustedes estaban aquí de seguro no hubiera venido.

—Tú y yo tenemos algo que arreglar —le contestó Elijah.

—No tenemos nada que arreglar Bramson.

Zack sintió que la temperatura del lugar se elevaba unos cien grados.

—¿Sí? Pues no creo lo mismo.

Sin preludios, Elijah avanzó hacia él y le dio un puño en la cara. Todos en el lugar dieron un respingo.

Él se llevó la mano al rostro y se llenó de sangre. Le había roto la nariz. Sacó un pañuelo de su chaqueta para limpiarse.

—¡Demonios! ¿Cuál es tu problema?

—¿Cuál es mi problema? ¿Crees que porque pasó más de un año voy a olvidar cómo hiciste sufrir a mi hermana? ¿Cómo me despertaba con sus pesadillas en las noches y tenía que abrazarla y consolarla hasta que se quedara dormida?

Él lo empujó y Hannibal se golpeó con la puerta.

—¡No me toques!

—¿O quieres que olvide que me pasaba los almuerzos con ella para cerciorarme que si comiera? ¿Ah?

Esta vez fue el turno de Zack de no entender que estaba pasando. ¿Dexter también había salido con Layla? Se quedó paralizado observando la escena.

Hannibal empujó a Elijah y él se golpeó en los muslos con una mesa.

—Claro, porque uno se la pasa años tratando de aliviar las fobias de su hermana para que llegue un cabrón a despertarlas todas, ¿verdad?

Elijah le dio otro puño en la cara y él se lo devolvió en el estómago. Él se encogió y escupió sangre. Hannibal lo embistió y terminaron en el suelo. Sin embargo, Elijah lo forzó a quedar de espaldas y se sentó a horcajadas sobre él. Para defenderse, le dio un codazo en toda la mandíbula y él en respuesta le agarró la cara a puños.

Zack miró a Layla, ella los miraba estupefacta. No haría nada por acabar con la pelea, estaba seguro.

Suspiró y fue al rescate de su amigo, al que Elijah ya estaba intentando ahorcar. Lo tomó por el tronco y lo levantó a la fuerza, liberando a Hannibal.

Él se sacudió furioso de su agarre.

—¿Cómo puedes defender a este pedazo de mierda? ¿Cómo puedes llamarlo amigo?

Sincronía [Disponible en papel y ebook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora