Una Visita Inesperada

Capítulo 32 La muerte pero no el fin (parte 2)

Pasaron días desde que los revividos regresaron al mundo espiritual. Después de llevarlos a la puerta, Lily fue ingresada al hospital al caer en coma. Su cuerpo apenas resistió su retorno, pues es que ella no debió retornar, pero gracias a su voluntad de vivir y a la ayuda que recibió de Mitsuki pudo retornar. La familia de Lily se quedaron en Konoha, esperando a que despertara, incluso Gaara que dejo sus deberes de Kazekage esperando que su esposa se recuperara. Orochimaru le había advertido de lo que ocurriría, también se había ofrecido a salvar a Lily, sin embargo el Kazekage tenía sus dudas pues Orochimaru nunca fue de fiar y su esposa le odia con todo su corazón. Al final, acepto su ayuda por salvar a su esposa. Mientras Lily era tratada en una sala aislada con Orochimaru dando oredenes a Karin, Sakura y Shizune, los más jovenes disfrutaban del sol de la aldea. Los niños de la arena estaban en casa con su tía y su primo.

— Nee-san... ¿que fue lo que hizo mamá?— preguntó el pequeño Ringo.

— No lo sé — ambos niños estaban en el jardín mirando a la nada esperando que su padre y regresaran por esa puerta — Mamá empezó a desaparecer cuando fue presentado el Hokage —

— Si, pero no lo notamos —

— Porque la muerte nos segó con su ilusión — susurra Risa afligida. Que todos esos visitantes del otro mundo estuvieran vivos, no fue más que una ilusión. Los distrajo de la vida que se escapaba de su madre poco a poco.

Sin quererlo ambos empezaron a llorar.

[...]

No sabían lo qué pasó la noche anterior. No sabían que Lily había caminado con decisión al viejo árbol de la academia, ese dónde Naruto solía sentarse sobre el columpio y abrió la puerta sin dudar adentrándose en la niebla que debió de ser fría pero ella ya no sentía nada. Guió a todos hasta el otro mundo dónde se encontró con los shinigamis y con otra persona. Un hombre alto y moreno de sonrisa contagiosa y ojos cálidos.

— Es hora de que todos descansen — dijo con voz melodiosa y dulce. Sin duda era la muerte. Poco a poco hizo a todos desaparecer. Miro a Lily.

— Tienes que pagar el precio — susurro con una voz tan calmada y dulce que Lily estuvo tentada a obedecer y dejarse llevar. Le estaba ofreciendo descansar, estar en paz, poder reunirse con aquello que perdió... Todo sonaba muy tentador... Estiró una mano dispuesta a dejarse ir... Cuando de repente la serpiente blanca (la que le dio antes Mitzuki) mordió su cuello haciéndola sangrar infundiéndole un poco de vida.

— No — dijo Lily muy firme — No pagaré ese precio —

— Tienes que hacerlo, es la regla — por primera vez Lily se dió cuenta de lo fría que era aquella voz y esos ojos ya no le parecían tan cálidos como antes.

— Puedo darte algo a cambio — hizo una graciosa reverencia como si tomara las puntas de un vestido — Puedo bailar con usted ¿cuando fue la última vez que disfrutó de un buen baile, mi señor?—

— Eres una chica lista — con un chasquido de dedos todo se transformó. Ahora estaban en una sala de baile y la música estaba dispuesta para un lindo baile de época — Veamos cuanto resistes — la muerte hizo una reverencia también y tomó por la cintura a Lily mientras que Está posaba sus manos en sus hombros.

Apenas llevaban unos minutos de baile y Lily se sentía agotada, no podía mover sus pies, la muerte le absorbía la vida poco a poco.

La muerte sonreía cuando Lily no tuvo más remedio que dejarse caer sobre ella.

— Pagarás el precio te guste o no —

— Shhh — dijo la serpiente quien apresó a la muerte con su cuerpo dejándolo inmóvil.

Con sus últimas energías de chakra Lily retomó el camino de regreso a casa.

[...]

El letrero de "Urgencias" se apagó después de varias horas. Salió primero Shizune quien caminó decidida hacia el Kazekage y a Kakashi quienes esperaban la respuesta.

— Está a salvo— ambos hombres suspiran aliviados — Esta dormida, es probable que despierte en uno o dos días más. Pronto la pasarán a piso —