La Esposa

Capitulo 25: Pesadillas

Fuego, gritos, humo, oscuridad.

-¡¡Corre!!

¿Hacia dónde?

Salió por la puerta e intento divisar algo en el pasillo, corrió, sin saber una dirección, un lugar. Solo la persona, solo buscaba a una persona.

Diviso la escalera entre los guerreros luchando y corrió hacia ella. Sintió algo mojar sus pies y resbalo cayendo al suelo, pero no impacto contra la fría piedra. Vio el uniforme de sus guerreros, alzo el rostro para mirar su cara y lo único que vio, fue la muerte.

Grito arrastrándose lejos de él, sobre el charco de sangre que había en el suelo, manchando su camisón, sus manos.

-¡¡Ayla!! ¡Tranquila! -se arrodillo ante ella -¡Cariño! ¡Mírame! ¡Mírame! -le miro, intentando ver mas allá de la sangre que cubría su rostro. -¡Vamos cielo! -le agarro la mano -¡Tenemos que salir de aquí! ¡No pasa nada! ¡Vamos! -tiro de ella, apartándola de la sangre.

Corrió tras él, confiando en que la liberara de aquel infierno, y cuando alcanzaron la puerta, en la soltó.

-¡¡Lucien!! ¡¡Llévatela lejos!!

Quiso gritar, pedirle que fuera con ella, pero su voz había desaparecido. Se aferro a su brazo.

-Debo volver cariño -acaricio su mejilla, miro al otro lado -¡Lucien! ¡Aléjala de todo esto!

Pero era tarde, nadie podía alejarla ya.

Vio la hoja reluciente del cuchillo, en su garganta, vio el suave movimiento, el hilo de sangre y la expresión en su rostro. La expresión de saber que era el final, que todo acababa allí, en un instante.

Grito.

Un grito de horror que la perseguiría de por vida.

-¿Está bien? -Lucien pregunto, observando la puerta preocupado.

-Solo necesitaba descansar -Niara asintió

-¿El bebe? -Eder suspiro -¿Todo está bien?

-Es un embarazo -sonrió -Normal.

Los gritos del interior de la habitación alertaron a los tres. Rápidamente Eder empujo las puertas y entro en la habitación.

Ayla gritaba en la cama, mientras Mail intentaba sujetarla y calmarla.