Capitulo 13: Mia

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La luna llena iluminaba la fría noche, la brisa movía los arboles, haciendo que un sonido espectral recorriera el lugar. Solo el viento, nada más en la oscuridad. Nada hasta que aquel grito atravesó el silencio.


Se levanto rápidamente de su cama y corrió hacia la puerta, la abrió y tomo la espada y la daga.


-¡¡Ayla!! ¡¡Ayla!! -Lucien gritaba desde la planta baja de la casa, a los pies de las escaleras, luchando lleno de furia.


-¡¡Estoy aquí!! -y ella bajo las escaleras corriendo, hacia él. -¡¿Donde está Eder?!


-¡¡Fue a la muralla trasera!! ¡¡Por allí entraron!! -el gritó derribando a uno de sus contrincantes y lanzándose a por el otro.


Alzando la espada se abalanzo sobre uno de los hombres que entraba al castillo, este se defendió con su machete y ella volvió a atacar, giro sobre sí misma y apartándose de su camino se situó a su lado hasta lograr el Angulo perfecto, su espada se movió con rapidez y la sangre la salpico. El guerrero cayó al suelo desplomado.


Lo miro y la sensación de triunfo sobre su enemigo la embargo.


Miro sus manos, llenas de sangre, la espada sujeta con ellas, con fuerza. Sintió el poder que en ese momento recorría su cuerpo.


Hasta que se desvaneció.


La espada no estaba, solo la sangre, la sangre bañando sus manos y el entre sus brazos, con los ojos abiertos y sin vida.


-hamm -se incorporo bruscamente en la cama y retrocedió sobre el colchón, pegándose al cabecero, como si así pudiera huir de lo que la perseguía. Miro a su alrededor, a la oscuridad y finalmente bajo la vista a sus manos. Temblaban, estaban sujetando la sabana, con los temblores sacudiéndolas. Cerró los ojos con fuerza y apoyo la cabeza contra el cabecero, inspiro aire, tratando de tranquilizarse.


Salió de la cama, sintiendo el frio suelo bajo sus pies descalzos. Atravesó la habitación y se paro junto a la ventana, miro al exterior, a la inmensa luna, iluminando el cielo. Al apartar la vista de ella, sus ojos se centraron en un lugar, un lugar concreto que para ella había terminado significando mucho más de lo que esperaba. Extendió la mano y tomo el chal, lo coloco sobre sus hombros y camino hacia allí.


Atravesó todo el castillo, en silencio. Procuro no hacer ruido al abrir y cerrar las puertas y cuando se encontró fuera, ignoro el frio aire rozando su piel y rodeo el castillo. Se adentro en aquel maravilloso jardín, el vivero que Mail le había regalado, un lugar que le traía paz y le ayudaba a olvidar. Se acerco a una rosa roja y poso sus dedos en sus pétalos, cerrando los ojos.


-Estas despierto -hablo aun con los ojos cerrados, consciente de su presencia, en la entrada.


-Y tu -Mail camino hacia ella, hasta pararse tras su cuerpo, con el pecho pegado a su espalda, se inclino para poder acercar su rostro a su cuello y susurro -Eres una perfecta visión.

La EsposaWhere stories live. Discover now