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conocí a mi venus hace dos años, cálido e inigualable, con toques artísticos lo cual hacia que fuese alguien interesante.
a veces uno que otro chiste se escapaba de sus labios, esos chistes los cuales son malos pero te hacen reír igual. amaba estar a su lado.
él me consumía, así como el fuego a una hoja de papel, sentía que ardía entre sus manos y no quería que ese sentimiento desaparezca por que cada vez que decaía y sentía que moría, venus me encendía.
cuando llegaba un nuevo día nunca se separaba de mi lado y con sus cálidos brazos me sostenía.
los besos resonaban en la habitación, caricias que me daban seguridad, nuestras bocas no emitían palabras pero nuestros ojos gritaban.
sonrisas, lágrimas, abrazos, miradas y besos, eso eramos, una mezcla de emociones casi inexplicables, a veces lo comparaba con un agujero negro, el cual absorbía mis preocupaciones y tristezas y me regalaba felicidad y amor.
pero no todo es color rosa, poco a poco mi estabilidad emocional desaparecía y con eso él.
al principio me repetía a mi mismo que no lo necesitaba, pero con el tiempo empecé a darme cuenta que dependía de él.
pasaba los días y las noches acostado, viendo el techo, esperando algún mensaje tuyo o solo durmiendo.
eso me hacia mal, y entendí que debía hacer algo por mi mismo.
ese mismo día fui a un psiquiatra, me observo e hizo algunas preguntas, "¿como te sientes?", "¿comiste algo el día de hoy?", "¿sales de tu casa a menudo?", todas mis respuestas fueron negativas. luego de ese cuestionario se limito a hablarme, solo me observaba mientras escribía en su cuaderno.
al final de la sesión hablo, directamente me dijo que tenia depresión, me entrego un papel y me dijo que eran unas pastillas, tenia que tomarlas una vez cada doce horas, y volver en una semana.
así me fui hasta una farmacia, compre lo que debía y fui a nuestra casa, en la cual ahora estaba solo.
camine hasta la cocina, tome un vaso con agua, el pote de pastillas y me senté en el amplio sofá del living, el aire fresco entraba por la ventana y la habitación empezaba a enfriarse, no me molestaba por que amaba el clima frio pero usualmente tenia a mi venus para darme calor. las lágrimas empezaron a caer pero apenas las sentí las limpie con mi puño, rápidamente tomé la pastilla y la tragué.
decidí escribir algo, me sentia un poco mareado y pense que con esto podria relajarme asi que tomé un papel y un lápiz.

para seokjin:
pasan los días y tu sonrisa brillante como la de un niño sigue dibujada en mi mente. desearía que vuelvas para poder verte y decirte lo mucho que te amo y extraño. ¿me recuerdas?, ¿me extrañas?, tantas preguntas dan vueltas en mi cabeza. cuando apareces en mis sueños pienso en que no hay amor como el nuestro y rápidamente corro hacia ti sin pensarlo, tus brazos sostienen mi frágil cuerpo y mis lagrimas no tardan en salir. ese cálido toque que me das duele, y me doy cuenta que debo dejarte ir.

seokjin, mi venus, gracias por haberme enseñado sobre el amor, por cuidarme como nunca nadie lo habia hecho, se que te extrañaré pero no puedo seguir asi. volveré cuando esté bien, cuando ya no dependa de tí, cuando te olvide.

con amor, tu querido namjoon.

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