Ya No Es Mi Vida (3° Libro Trilogía "Mi Vida") [DISPONIBLE EN DREAME]

Capítulo 1: El Inicio

"Y ese supuesto final, solo fue el principio de la guerra"

Narrado Alex

Esta mañana iba ser difícil, nada más despertar decidí llamar a Silver para tranquilizarme, quizás ella conseguía algo.

-No digas nada por favor. No quiero que ya se empiece a planear la guerra, todo el barrio se va mudar cuando vuelvan-dije al teléfono mientras organiza las habitaciones de los cuatrillizos.

-Mis hijos son buenos-dijo ella y yo reí.

-Perdona rubia pero tienen sangre de Cory, de ahi no sale nada bueno-dije y ella río fuertemente.

-Bueno, tu tranquila, mira si se pelean que lo hagan, se terminarán enamorado, verás. Además viene Zoe, ella les suele manejar y Andrew está en el instituto, no creo que maten a su primo-dijo ella y me limité a negar pero me di cuenta que no me veía.

-Mira tu no cuentes nada, que sea sorpresa y así me libro de líos-dije y ella río.

-Bueno guapa, luego me cuentas. Te quiero-dijo Silver mandándome muchos besos.

-Yo también te quiero rubia-dije y colgué el teléfono.

Ser madre no es fácil, dios no se que pensaba al tener 6 hijos, cuando lo decidí, cuando decidí tener y criar 6 hijos nunca me plantee que salieran tan pesados como yo. Los cuatrillizos son una mezcla de inteligencia y sentimientos, son unos niños brillantes, realmente pueden parecer tontos pero no tienen un pelo de tontos pero al mismo tiempo se dejan llevar por sus sentimientos y muchas veces acaban en una guerra por ello, cada uno es único pero los cuatro tienen la misma esencia. Lucas es un culo inquieto, siempre está haciendo algo y muy pocas veces es estudiar y la más pequeña, Sky, es un angelito pero si la enfadas es como el mismísimo Lucifer.

Estoy orgullosa de ellos, para no estar lo son grandes niños pero tienen sus perros, aunque eso no quita que hay momentos que les mataría. Al tenerlos no me plantee nada, ni mucho menos sabiendo el trabajo de tu marido, me plantee no tenerlos o parar con los cuatrillizos. Jake trabajaba como agente secreto en una organización secreta, ahora es él quien dirige todo y es complicado ver qué se va y podría no volver. Por eso decidimos enviar a nuestros hijos mayores a una academia interna, no por su complicada personalidad, sino porque creo que si van a un lugar donde les enseñen a ser responsable cuando llegue el momento podrán tomar la decisión correcta. Es una academia muy dura situada al norte de Londres, pero para nuestra mala para salieron a mi y en menos de dos años ya fueron expulsados, y por una broma que nadie la haría, pero no ellos son los reyes en inventarse bromas y hacer que todos les tengan miedo.

Hoy teníamos que ir a por ellos al aeropuerto y tendrían que ir al mismo colegio que los hijos de Cory, Sam, Liam,... Y eso me daba miedo, hace mucho que no se veían y no es que se llevarán muy bien, les tenían un odio que no dejaban esconder y cuando tenían la oportunidad les hacían pasarlo mal, no eran malas personas; simplemente era que no creían que nadie mereciera su corazón. Aparte que nuestros hijos no eran el mejor ejemplo de responsabilidad para sus hermanos pequeños.

Pase toda la noche sin dormir del estrés, y sabía que les tenía que echar la bronca del siglo por meter el coche del director a su despacho por lo que preferí que Lucas y Sky se quedarán en casa, y como ni una niñera les podía controlar les dejé solos a pesar de saber que podía quedarme sin casa.

-Alex tranquila, son buenos niños, podremos con todo-me dijo Jake, desde el asiento del piloto.

-Sabes que son capaces de quemar la casa y perdona pero me gusta como la tengo decorada-dije enviando mensajes a Lucas para ver cómo iba todo en casa.

-Alex, amor, me refería a nuestros otros hijos. Lucas y Sky no me preocupan en estos momentos-dijo mirándome de reojo y agarrando con fuerza mi mano, había veces que parecíamos unos adolescentes tontamente enamorados.

-Jake, les han expulsado y por una broma que nadie haría, solo en las novelas y eso no es excusa. Esa escuela nunca expulsa a nadie, y eso que incluso tienen niños que deberían estar en el reformatorio, estoy orgullosa de ellos pero no hace falta eso para llamar la atención, solo una llamada y ya-dije sería.

Jake me iba a responder pero no le dio tiempo porque justo alguien abrió la puerta de atrás y al girar nos vimos a nuestros cuatro hijos.