Capítulo 3

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- Mmm... - gimió Karol tragando - es el mejor arroz a la paella que he probado nunca. Está riquísimo. - Miró tierna a Ruggero - Bueno, cualquier cosa después de hacer el amor contigo me sabría a delicia.

- Qué bonito... - Ruggero sonrió, al otro lado de la mesita. Le acarició la mejilla, en un suave pellizco con los nudillos del dedo índice y corazón. - Adoro verte cariñosa después de una buena cardada.

- ¿Sí? Aunque no me pueda sentar... - se rio Karol.

- Vaya, ahí dentro de la ducha, no te quejabas para nada. - Ruggero se limpió con una servilleta - Oh, Ruggero, si, no pares... - dijo poniendo distinto tono de voz.

Karol se sonrojó y le tiró un trozo de pan.

- Eh, si empiezas así... - dijo Ruggero balanceándose sobre su silla y abriendo la nevera, detrás de él. Cogió un bote de nata - Supongo que yo tendré que continuar.

- No... Ruggero, nos acabamos de duchar y ya quieres...

- ¿Quién dijo que era para ti? - dijo Ruggero irónico, y se llenó la boca de nata.

Karol frunció el ceño.

- Que, ¿está buena la nata con la paella?

Ruggero asintió. Trago y le enseñó la lengua, burlándose más de ella.

- Serás... - un estruendo se oyó. Y Karol terminó de decir la frase entre carcajadas. - T...ton... ¡tonto!

Se levantó, observando a Ruggero que se había caído de la silla. Más bien, la silla se había tirado hacia atrás... haciendo que él cayera también.

- ¿Estás bien? - dijo con lágrimas en los ojos, poniéndose en cuclillas a su lado.

- Eso... ríete de mí y de mis desgracias.

- Ohm... - Karol se levantó de nuevo. - qué hombre...

- Ohm... qué mujer. - dijo, imitándola para pincharla. Ruggero se levantó.

- ¿Qué no te dijeron en la escuela que no se balancea encima de una silla? Apuesto a que cuando ibas a primaria te castigaron muchas veces.

- A primaria... a secundaria... hasta en bachillerato. - Ruggero se rio.

- Porque sería... - dijo Karol girándose, sonriendo, imaginándose a Ruggero en la escuela. Sintió como sus brazos la abrazaron, como su cuerpo se juntó a su espalda. Y como siempre, un último comentario, de él.

- Algunas veces me riñeron por empalmarme en plena clase. - La apretó más contra él - por qué no lo haces tú ahora... - le apartó el pelo del cuello y se lo besó desde atrás. - venga... castígame... enséñame la diferencia entre lo correcto y lo que no. Y lo quiero con ejemplos, señorita... demostraciones en vivo

***

El despertador sonó. Como cada día. Pura rutina. Aun que ahora, teniendo a Ruggero en su vida, era más diferente. Karol se levantó de la cama. Tenía varias partes del cuerpo, doloridas. El sexo con Ruggero era fantástico, pero... madre mía, terminaba hecha polvo. Aun no se creía que anoche hubiera perdido la cuenta de las veces que había hecho que se corriera.

- Buenos días... - dijo besando el hombro desnudo de Ruggero, susurrándole al oído.

Él sonrió. Se giró hacia a ella y la abrazó, dándole un ligero beso en los labios.

- Y si me despiertas así, cada día... sí que serán buenos.

Ella le devolvió la sonrisa. Se dirigió hacia la persiana y la levantó un poco, para que no molestara en los sensibles... - pequeños y adorables - ojos de Ruggero, recién despertados.

Karol buscó unas braguitas limpias, sujetador y alguno de sus conjuntos para ir a trabajar. Sintió un apretón en la nalga, al agacharse para subirse las bragas.

Seguido sintió algunos besos, subiendo, des de su trasero, por su espalda. Tuvo algún escalofrío.

- ¿Por qué no te quedas un rato más aquí conmigo? Estás muy bien, sin vestir.

- A ti aun te queda más de una hora, pero yo entro a las ocho. - le recalcó Karol. - Además, ¿no tuviste suficiente con todo lo de ayer? - Karol rio

- Cuando se trata de ti, nunca tengo suficiente.

Karol se giró. Lo miró, tierna. ¿Cuándo el frio de Ruggero había decidido cambiar y empezar a decir esas cosas? Como desearía quedarse allí, entre sus brazos.

Se tumbó de nuevo, dejándose caer encima de Ruggero. Sintió la cálida piel de su amante, empegada con la suya. Un enrevesado juego de piernas. Ruggero la abrazó, y a ella le gustaba esa sensación de... protección.

- ¿Uno rápido?

- ¡Ruggero! - Karol lo miró mal. Se levantó de nuevo.

- ¿Qué? - dijo Ruggero, riendo, siguiéndola por la casa.

- Que eres peor que los felinos... ¿Es que no puedes estar seis minutos sin meter tú...en mí...? - miró hacia abajo. Y a estas alturas, al ver... al ver todo lo potente que era Ruggero, aún se sonrojaba. - Tápate...

- Será posible... - masculló Ruggero, cogiendo unos bóxer de un cajón. - Que aun te atrevas a pedirme que me cubra cuando la conoces hasta mejor que yo, después de todo lo que le has hecho últimamente... ¿me equivoco? Creo que habéis hecho hasta buenas amigas.

- ¡Ruggero! - Karol estaba como un tomate.

- Adoro que te sonrojes. - tiró de su brazo - Ven aquí, niña pequeña. - Le dio un sonoro beso en la frente - mi niña pequeña.

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45🌟...30💬 y sigo😥.

Las amodoro con el alma.

Besitos al aire Z4

🌠MaKa🌠

Protégeme Amándome #2T |Hot/Ruggarol|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora