- yo estuve igual pero te darás cuenta que es un estúpido.

- ¡él cambió!

- ¿tú qué sabes? si no lo has conocido antes.

- sólo cállate, me haces poner nervioso.

- ¿por qué?

- oh no lo sé.- hablé sarcástico y agregué.- ¡no soy robert! ¡soy luke!

- ¿sigues con eso? no te odiará luego de que lo sepa, vayamos a decírselo.

caminó decidido y se fue por la puerta.

- ¿qué mierda haces?- corrí siguiéndolo, él ya estaba fuera de la casa cuando al fin lo detuve.- ¡robert!

- si tanto tienes miedo, hay que decírselo ahora antes de que empiecen una relación.

- ¿relación?- dije asustándome de la palabra.- se enojará en cualquier momento en el que le diga, no importa cuando.

se liberó de mi agarre y siguió camiando decidido, juro que lo mataría.

- ¡michael!- gritó llamándolo cuando ya llegabamos a su casa.

lo agarré por los hombros y lo sacudí.

- ¿quieres que haga lo mismo con calum?

- bien, si quieres.- dijo despreocupado e hizo que me irritara más.

se escuchó las llaves abriendo la puerta, corrí hacia el garage que estaba abierto y me metí lo más rápido que pude sin que me viera.

- ¿qué pasa?- escuché hablar a michael luego de unos segundos.

- sólo quería decirte cuánto te quiero.

ya lo tengo decidido, lo mataré.

un auto negro se asomó hacia donde me encontraba, iba a ser estacionado, no tuve tiempo para esconderme y tampoco encontré lugar en donde.

era marta y ya me vió. al bajar del auto quedó mirándome sin alguna expresión. luego se asomó robert. ambos estabamos en los extremos del garaje y marta nos observaba en el medio entre nosotros dos, uno a la vez. me miraba, luego miraba a robert, así un par de veces. yo estaba asustado.

ella no dijo nada, agarró unas bolsas del auto y se dirigió hacia adentro de la casa. antes de seguirla me encargué de gritarle a robert.

- ¡mira lo que has hecho! ¡pudo haber sido nuestros padres!- le gritaba mientras lo sacudía nuevamente.

- ¡que no son nuestros padres ellos!

fuimos en búsqueda de ella, se encontraba sacando lo que había comprado de la bolsa, en la cocina. ambos nos acercamos a ella lentamente, nos situamos en frente suyo y nos miró. no era una mirada de sorpresa ni de susto, no expresaba nada en aquella mirada lo cual me parecía muy raro. sólo algo de incomodidad.

- por favor no le cuentes a mis padres.- habló robert y ella apoyó una lata de tomate en la mesa.

- ¿por qué no estás sorprendida?- cuestioné y ella se sentó en una de las sillas de madera.

se produjo un silencio incómodo, nos miraba uno a la vez sin poder hablar.

- yo ya sabía que existían.- fue lo primero que dijo luego del largo silencio.- uno se llama robert y el otro luke.

- ¿qué?- preguntamos atónitos.

- no voy a hablar más.- siguió sacando cosas de aquella bolsa blanca de plástico y paso siguiente comenzó a guardar los productos en los muebles.

exchange lives · muke ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora