—¡Agh, tu ego es más grande de lo que en realidad eres!

—¿En serio? Porque sigues hablando conmigo incluso después de mostrar ningún interés en disculparme con tu amiga, y la verdad es que comienzo a pensar que lo haces porque te sientes atraída hacia mí.

Abrí mis ojos, un poco pasmada, pero luego recobré la compostura.

—¡Já! Ya quisieras, estúpido. La única razón por la que estoy aquí es porque, por desgracia, mi amiga se enamora de gente como tú y necesito que muestres al menos algo de decencia en este momento de tu vida —dije y él sólo se echó a reír, pero no dijo una palabra, así que le agradecí al cielo y sonreí—. Por ejemplo, para empezar, podrías disculparte por ser como eres, que es, ya sabes, basura, y decirle que eres un completo idiota por romper su corazón de la forma más inhumana que hay. Algo así como que no es culpa tuya que seas un robot sin sentimientos o que simplemente eres un extraterrestre y que el comportamiento humano es demasiado avanzado para tu cerebro. Cualquier excusa que tengas, no me interesa, pero solo quiero que muevas tu trasero hacia Cassie y te disculpes por todo lo que le has hecho; si yo fuera tú, comenzaría con eso ahora porque no me moveré de aquí hasta que lo hagas.

—Pero si nos estamos divirtiendo, ¿por qué me apuraría?

—¡Porque si sigues haciéndome enojar, voy a tirar otra piedra hasta tu ventana y si le doy a tu rostro o al vidrio, me va a dar igual porque cualquier opción sería como una ganancia para mí!

—¿Le harías eso a tu compañero de vida? Si piensas estar allí hasta que acepte disculparme con tu amiga, me temo que vamos a envejecer juntos. Y si ese es el caso, tenemos que ir pensando en nombres para nuestros hijos.

—¡No tenemos que pensar en nada porque te vas a disculpar con Cassie!

—¿Qué piensas de Patricia, en caso de que sea niña?

—¡Y no vamos a tener hijos —continué—, así que cierra la boca!

—¿Eso es un no a Patricia? Vale, ¿qué tal Jessica?

—¡Jesucristo, de verdad que me vuelves loca! —Dije cuando exploté.

—¿Te vuelvo loca? Vaya, eso es progreso, amor.

No pude evitar pensar que, si yo fuera un monstruo con superpoderes, habría saltado para agarrarlo por la camisa y lanzarlo al cielo como una pelota de béisbol en temporada, pero no lo era, así que me quedé con las ganas de mandarle un regalo a Dios para que vea lo que él mismo había creado y sólo apreté mis dientes con rencor cuando él se carcajeó y negó con su estúpida cabeza de basurero.

»¿Qué opinas de Emma? A todo el mundo le gusta el nombre de Emma y si piensas en ello, tiene cierto encanto, ¿no crees?

—¡Imbécil, no estoy aquí para escoger nombres de bebés, estoy aquí porque...!

Como caído del cielo, un tercer grito llamó nuestra atención y detuvo por unos segundos nuestra acalorada discusión, por lo que miramos al chico de la ventana recién abierta en silencio y no tardé en notar que tenía círculos oscuros alrededor de sus ojos, haciendo que parezca un poco más antipático con sus anteojos rectangulares.

Él debía ser divertido en las fiestas.

—¿Será que Romeo y Julieta se pueden callar de una buena vez? ¡Tengo un examen importante en unos días y no puedo estudiar porque ustedes dos siguen gritando como una pareja recién casada! No nos importan sus problemas amorosos, ¿vale? Así que por favor, arréglenlo dentro o simplemente déjenlo, pero déjenme estudiar en paz.

Mi rostro se puso rojo de vergüenza y me miré a los pies en tono de disculpa.

El tipo, todavía sentado en el alféizar de la ventana, sonrió amablemente a su compañero de dormitorio y levantó una mano como disculpa.

Halcyon.Where stories live. Discover now