Capítulo XXIV.

1.4K 207 135
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿Por qué me mandas esto? —preguntó Luke a su mejor amigo.

Y su mejor amigo le respondió con simple descaro.

—¿Por qué lo haría, Wadey Wade? Para hacerte sufrir, obviamente.

Le había enviado un video publicado por un canal conocido como «Amigos del Teatro» en el que Seth Huggins y Ellie Ryans, estrellas del fenómeno musical parisino, cantaron una conocida canción navideña. Por el momento lo único que se podía ver era la miniatura de ambos actores usando gorros navideños y sonriendo en el vestidor de Seth, pero después de un poco de vacilación, el niño hizo clic en el enlace y comenzó a cargar rápidamente.

—Oye, Ellie —el joven actor la llamó entre tanto arreglaba las mangas de su suéter azul marino y se sentaba en su silla.

Ella estaba ocupada cogiendo su ukelele, pero le contestó. —¿Sí, cariño?

—De repente siento ganas de cantar. ¿Te gustaría cantar conmigo?

—Por supuesto que sí —le dijo Ellie—, voy a cantar contigo.

—Esto estaba escrito en el guión —dijo Seth mientras guiñaba un ojo a la cámara con una mirada divertida y la hizo reír.

La muchacha comenzó a tocar el instrumento y el chico sentado junto a ella empezó a cantar sobre una Navidad azul al mismo tiempo en que golpeaba una pandereta con su mano izquierda. Siempre me pregunté por qué la gente suponía que el color azul estaba vinculado a la sensación de tristeza, porque siempre me recordaba al cielo y al mar y ambas cosas me transmitían nada más que pura felicidad, pero la canción tenía un buen ritmo lento que demostraba esa sensación de dolor a la perfección y brilló claramente cuando Ellie comenzó a cantar con tanta devoción que parecía como si le estuviera diciendo a alguien que su Navidad sería triste sin él; estaba cubierto por sus sonrisas y la forma en que parecía naturalmente en sincronía con su mejor amigo, pero pude verlo en el modo en que ella sonreía que realmente estaba teniendo una Navidad azul y tal vez eligieron cantar esa canción no sólo porque eran grandes admiradores de Elvis sino por algo más.

La voz de Call volvió a sonar en los auriculares de Luke, preguntando con curiosidad. —¿Lo estás viendo? Estás un poco callado, hombre.

—Me siento miserable ahora mismo —le susurró el chico.

No pudo evitar apretar los puños cuando ella golpeó una nota particularmente alta y Seth le sonrió con la misma cara que yo hacía cada vez que la oía cantar, ardiendo en celos despreciables y el hecho de que no la había visto en más de una semana mientras que el joven actor tenía la ventaja de poder admirar sus sonrisas en vivo y directo además de estar a su alrededor sin recibir ni un ápice de su enfado.

—Luke —Call le llamó—, deberías hablar con ella con más calma.

—Pero tal vez sea mejor así, ¿sabes? —dijo el muchacho mientras seguía oyendo a los dos cantar con la cara contra la mesa de escribir y un rostro de absoluta derrota—. Ella se lleva mejor con él que conmigo y comparten la pasión por lo mismo. Ni siquiera sabía que había un teatro cerca de mi casa antes de conocerla y para ser honesto, estamos en dos mundos diferentes. Quiero decir, en el hipotético caso de estar en la misma escuela secundaria que ellos, ambos serían parte de la pandilla popular que va al centro comercial todas las tardes después de la escuela mientras que yo sería el chico raro que está en el club de juegos de cartas coleccionables y realmente celebraría el Día Internacional de Hablar como un Pirata.

Halcyon.Where stories live. Discover now