[Kunai 9]

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Los días pasaban a la vez que las esperanzas del antiguo equipo 7 se desvanecían.

Cada noche la pelirosa lloraba en el brazo de su esposo, el cuál tenía un sentimiento enorme de culpa; El Hokage intentó de que el pueblo no hablara mal de la chica pero simplemente era imposible.

Pero el compañero de la pelinegra no era una excepción, todos los días buscaba una manera para sacarle una sonrisa a su amiga, pero para esta era imposible si acaso mover levemente las comisuras de sus labios. Boruto aveces sentía un nudo en su garganta al recordar su "yo" de hace un tiempo atrás, el cuál solo se burlaba de la chica como si fuera inferior a él... Pero hace solo un par de días fué que se dió cuenta de que esa chica que veía tan inútil le provocaba un sentimiento de preocupación y miedo.

La chica se encontraba en un debate mental, dándose cuenta que el odio que permitió entrar en su vida se apoderaba de la misma; Se sentía asfixiante, casi intolerable, como si se ahogara en una piscina y el agua entrara en su cuerpo poco a poco.

Lo que veía fácil se volvió una pesadilla, deseaba quitar esas malas ideas de su cabeza o por lo menos, controlarlas, pero ya no era la misma de antes, en su corazón ya no había amor.

—Hola pequeña

Una voz en su mente la hizo despertar de su sueño, hoy tendría una misión y quería descansar lo más posible, pero parece que alguien se niega a dejarla en paz un rato.

—¿Qué quieres, Orochimaru?

—Al parecer vas a salir de la aldea

—¿Y?

—Es el momento perfecto

De inmediato la chica se dió cuenta a qué se refería. —¿No es muy pronto?

—No hay diferencia, de todos modos tú lo has dicho, en esa aldea no hay nada para ti

—¿Y contigo sí?

No recibió respuesta.

Suspiró y se levantó para empezar a prepararse, pensaba dormir una hora más pero esa voz ronca se encargó de que perdiera el poco sueño que tenía.

Su madre como siempre ya se había ido al hospital, por lo que inevitablemente se encontró a su padre jugando con un Shuriken en el sofá de la sala.

—Buenos días

—Buenos días

No le gustaba que él permaneciera tanto tiempo en casa, han pasado tres meses desde que despertó su Sharingan y desde ese entonces, él a vivido con ella y su madre.

—¿Vas a entrenar?

La chica tensó su mandíbula mientras preparaba su bolso y le metía unas cuantas manzanas.

-Ayer te dije que voy para una misión-

Tambien odiaba que lo poco que hablaba con sus padres lo olvidaran en segundos, como si les diera igual que ella les hablara o no.

Sasuke se dió cuenta que estaba molesta por el tono en el que le respondió, se puso de pie y se acercó a su hija.

-¿A donde?-

-Al país del fuego, tenemos que entregarle un mensaje al Señor Feudal por parte del Hokage.- Respondió la menor incómoda por la cercanía de su padre-

Sasuke dejó al lado del bolso de la chica su Shuriken, recibiendo una mirada cortante por parte de ella.

-Bonitos calentadores, te quedan bien-

Su padre no era estúpido, cada pequeño cambio por parte de ella era analizado cuidadosamente, incluyendo la vestimenta.

Lo sabía, de seguro él sabía que ocultaba algo detrás de ese par de calentadores; La chica se apresuró a empacar todo.

-Gracias-

Su respuesta fué tan cortante que se abofeteó mentalmente, ahora si hiba a sospechar.

-Sarada- la chica lo miró seriamente- Lo que estás pasando en este momento yo también lo viví tiempo atrás, y el mejor consejo que te puedo dar es que no pienses que todo lo puedes sola, si necesitas ayuda pídela-

La menor le dedicó una sonrisa socarrona a la vez que tomaba el Shuriken de su padre y lo guardaba en el bolso.

-¿A quién según tú?-

Sasuke la vió de reojo seriamente, a la vez que suspiraba.

-A tu madre, a Naruto, a tus amigos-

-¿A tí no?-

-Me queda claro que no soy de tu confianza, a la última persona a la que le contarías de tí misma es a mi.-

Ella le miró sorprendida, nunca esperó una respuesta así. Bajó la mirada mientras un Sharingan de tres aspas se formaba en sus ojos.

-¿Porqué crees que te odio? -Levantó su mirada enseñandole un Sharingan completo a su padre- ¿Qué crees tú?-

El mayor la miró con tristeza, dándose cuenta del daño que le había provocado a la chica sin darse cuenta, pensó que estaba protegiendo a su familia cuando en realidad la estaba separando.

-Te dejé durante mucho tiempo y llegué a olvidarte a tí y a tu madre de vez en cuando- Se arrodilló para estár a la altura de la pelinegra- Pero si lo hice fué porque estaba tan sumergido en mi misión que simplemente me dejé llevar.- Acercó sus dedos indice y medio para darle un toque en la frente a su heredera.- Aunque me odies yo siempre te voy a querer, porque eres mi hija y eres lo que me impulsa a seguir viviendo. -se puso de pie para dar media vuelta e ir a su habitación- Tu madre también te ama, y si escoges el camino incorrecto, nosotros confiamos en que eso es lo que quieres- Se detuvo un segundo y la miró de reojo, la chica notó un perfecto Mangekyo Sharingan mirarle penetrantemente- Pero primero deberías saber qué es lo que te espera.

La Maldición de Sarada Uchiha [👓] NarutoDär berättelser lever. Upptäck nu