Capítulo 5: Traición

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Llegaron las pascuas y como cada año nos dieron unos días libres. Ya que en mi familia nunca celebrábamos estas fiestas yo prefería quedarme en Hogwarts, pero este año tanto Sirius como yo fuimos a casa, en mi caso porque mamá me extrañaba mucho, y Sirius porque sus amigos también fueron a sus casas y no quería quedarse sólo.

A pesar de sólo tener 15 años yo había crecido bastante, hasta había alcanzado a Sirius que era un año mayor que yo. Ambos usábamos el cabello largo, pero era muy fácil diferenciarnos. Sirius siempre usaba la corbata mal puesta y la camisa fuera del pantalón, la mayoría de veces estaba despeinado y desarreglado; además de eso siempre estaba sonriendo y buscando a quien molestar con su mejor amigo James Potter, ese tipo que yo no soportaba, cada vez que Sirius se me acercaba en el colegio, llegaba el dichoso mejor amigo y se lo llevaba. En el colegio sabían que éramos hermanos sólo por nuestro apellido, ya que éramos muy distintos. Yo por mi parte siempre usaba mi corbata bien puesta, siempre estaba arreglado y procuraba siempre peinar mi melena, asistía a todas mis clases y hasta me consideran candidato a la prefectura. Como buscador me he encontrado varias veces con ese tal James en el campo. Obviamente yo soy más rápido, así que les he dado varias victorias a mi casa cuando hemos jugado contra Gryffindor. El segundo trimestre de mi quinto año terminó y fuimos a casa por las fiestas.

Cuando llegamos subí a mi habitación a observar a los peces, se veían hermosos como siempre y hasta parecía que se emocionaron al verme.

Me quedé allí observándolos un momento, hasta que Sirius entro haciendo sonar la puerta.

- Puedo pasar? - preguntó con una voz entre somnolienta y culpable.

- ya estas adentro Sirius - dije cortante, mi hermano pensó que me había olvidado que me había ignorado todo lo que va del año en el colegio.

- sólo vine a ver a nuestros peces - se encogió de hombros y se acercó a la pecera ubicándose a mi lado.

- claro que vienes sólo por la pecera - seguía con la mirada puesta en los peces - James Potter no está aquí.

Me senté en mi cama y me cubrí las piernas con mi edredón, no sé qué efecto causaron en él mis palabras, pero se quedó en silencio observando a los peces.

- Regulus no quiero estar así contigo - soltó tan rápido y fuerte las palabras que me sobresalto, volteo a verme y se acercó un poco.

- yo tampoco - lo miré a los ojos - pero mientras sigas frecuentando a esa clase de gente las cosas seguirán iguales, eres un Black Sirius, hasta te he visto hablar con una sangre sucia.

En cuando dije las últimas dos palabras mi hermano se llenó de furia, pero él no era muy explosivo, así que solo me señaló con el dedo y me miró con sus ojos negros y profundos.

- no la llames así - dijo nervioso.

- las cosas hay que llamarlas como son - dije calmado repitiendo las palabras de Lucius.

- pues si ser un Black significa ser como tú, entonces no quiero ser un Black - fue elevando el tono de su voz hasta que gritó las últimas palabras.

- pues no es algo que puedas escoger - yo también me alteré.

- claro que puedo, me iré de aquí y no me volverás a ver jamás - seguía gritando - y me llevaré a mi pez

- No, no lo harás - dije riendo.

- Si lo haré - dijo retándome.

Saqué mi varita pensando en destruir la pecera, pero no me quería arriesgar a usar magia fuera de Hogwarts y ser reportado. Así que llamé a Kreacher y apareció en segundos.

- Kreacher destruye la pecera - le ordene al elfo.

- no te atrevas enano deforme - le grito Sirius al elfo.

- Kreacher hazlo ¡ya! - el elfo obedeció a la última orden que recibió y con un chasquido de sus dedos hizo explotar la pecera.

Sirius grito y toda la habitación se salpico de agua, los vidrios en el piso brillaban con el sol que entraba por la ventana, y los peces revoloteaban muriendo en el piso. Una leve sonrisa apareció en mi rostro al ver a Sirius aguantando el llanto, pero la sonrisa desapareció cuando Sirius corrió hacia el elfo y le dio una patada tan fuerte que lo hizo volar hasta la puerta.

Corrí tras él y empecé a jalarlo para que dejara de golpear a Kreacher y empecé a recibir los golpes en mi cara, respondí como pude y lo tiré al piso, rodamos por el piso lleno de vidrios golpeándonos mutuamente hasta que mi madre apareció en la puerta preguntando qué pasaba.

Ambos nos detuvimos y nos pusimos de pie. No había sentido el dolor de mis heridas hasta que las vi, sangraba levemente y empecé a notar los moretones.

Mi madre con diferentes movimientos de varita reparó la piscina y el vidrio y el agua volvieron a su lugar de origen, pero ya los peces estaban muertos.

Sanó nuestras heridas y dijo varias cosas de las cuales sólo entendí que Sirius estaba castigado, él intentó refutar pero lo único que obtuvo fue más tiempo de castigo. Mi hermano salió corriendo de allí, y mi madre después de darme un beso en la frente también se marchó.

El elfo seguía encogido tras la puerta, y lo invité a subir a mi cama, después de sobar su cabeza, le pedí perdón por lo sucedido y él solo gruñía. Me hizo reír un poco después de todo lo que había pasado.

No me había dado cuenta de que me había quedado dormido. Me estire y me di cuenta de que Kreacher ya no estaba a mi lado, seguramente alguien lo llamó.

Me dispuse bajar a buscar algo que hacer pero me quedé en la escalera al escuchar la voz alterada de mi madre.

- Alphard - su voz sonaba entrecortada - te has atrevido a llevarte a mi hijo, y dejarlo con una familia de traidores.

- es lo mejor para él Walburga - respondió mi tío - Sirius no se siente bien aquí, es rechazado por todos, en cambio donde está, recibe afecto y cariño.

- deja de decir estupideces, pudiste llevarlo a cualquier parte, pero lo dejaste con los Potter, con los traidores - su voz sonaba como a reclamo, pero no lo era.

- no finjas que Sirius te importa hermana - soltó mi tío en tono serio provocando un breve silencio.

- has lo que quieras, pero hazle saber a ese mocoso malcriado que ya no es mi hijo, y tú - se dio la vuelta dirigiéndose a las escaleras - ya no eres mi hermano.

Mi madre pasó por mi lado con mucha prisa, observé a mi tío negar con la cabeza y marcharse, corrí tras mi madre quien se metió a la sala del árbol familiar; corrí más fuerte para detenerla al saber lo que haría, pero para cuando llegué era demasiado tarde, dos manchas negras se sumaron a las ya existentes en el árbol, una tapaba el rostro de mi tío Alphard y la otra la de mi hermano.

Corrí a la habitación de Sirius pero ya no estaba, sólo había algunos libros tirados y unas cuantas banderillas rojo y amarillo.

No podía evitar sentirme culpable. Arrastre los pies hasta llegar a mi habitación. Noté que había un sobre encima de mi mesa de noche del que no me había percatado, era una carta, cuando le di la vuelta para ver el remitente decía: tu hermano, Sirius.

Destruyendo la inocencia (Regulus Black)Where stories live. Discover now