»Intruso

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Las horas posteriores a mi llamada con Theo fueron sin duda caóticas. Me tomó un par de largos minutos volver en mí cuando el tono de finalización de la llamada sonó a través del auricular. Luego, revisé toda la casa de arriba abajo sin encontrar nada más. Guardé la manzana y el cuchillo en bolsas estéril donde guardo mis sándwichs y guardé la nota en el cajón de mi habitación.

Harry... Harry seguía durmiendo en la misma posición, en la misma cama y abrazando mi almohada. Me quedé un par de minutos contemplándole, viéndole dormir y me di cuenta de que tardé demasiado tiempo en darme cuenta de que estaba sintiendo cosas verdaderamente fuertes por él. Estaba tan sumergida en mi tarea de atrapar al artillero de la muerte que no vi cómo nos desenvolvíamos el uno con el otro en pequeñas acciones.

Mientras le veía me di cuenta de cómo me gustan sus labios, como de castaño y largo está su cabello o como los dos hoyuelos que se marcan a los costados de su rostro le hacen ver terriblemente adorable. Y me sentí perdida y patética y extremadamente vulnerable. Porque me había dado cuenta de que el maldito bastardo al que perseguíamos tenía un nuevo punto débil para atacarme.

Entonces tomé una decisión, una que se volvió cada vez más personal y fuerte dentro de mí; Le protegería de todo y de todos los que quisiesen hacerle daño, porque él ya estaba lo suficientemente dañado como para que alguien más le siga haciendo daño.

Durante los días que siguieron a la intromisión de ese sujeto a mi casa, Theo se encargó de todo. De las pruebas, de los adn's y de ayudarme con mi hermano. Sabía que estaba cargándole demasiado la mano a mi amigo, pero él insistía que estaba bien, que él podía con todo.

Eventualmente tuve que contarles lo sucedido a Harry y Elliot. Ambos se molestaron conmigo cuando no acudí a ellos para ayudar. Pero les tranquilicé diciendo que mi entrenamiento era tal que podía con ese sujeto sin siquiera pensarlo.

Era sábado por la tarde cuando Theo me llamó, como lo hizo al teléfono desechable sabía que había encontrado una prueba o algo consistente para contarme, o de otra manera habría llamado a mi número personal. Así que rápidamente contesto la llamada.

—¿Encontraste algo? —pregunto yendo directamente al grano

George dice que encontró algo interesante, estoy yendo hacia allá ahora mismo, solo quería que supieras que tenemos algo.

—Me avisas cuando estés allí y lo averigües.

Lo haré, no te preocupes. Te quiero

—Yo también, cuídate por favor.

Estaré bien, tranquila. Hablamos luego

Cuando corto el teléfono Harry se sienta a mi lado en el sofá. Toma mi mano y yo creo que ahora mismo puedo explotar por las sensaciones que esta produce en mí. Pero opto por mirarle y notar así su ceño fruncido.

—¿Era Theo?

—Sí—suspiro pesadamente—iba al laboratorio, George dijo que encontró algo.

—¿Sí? Eso es algo bueno Aisha y lo sabes.

—Lo sé, es solo que no sé, tengo un mal presentimiento.

—Venga—sonríe palmeándose el regazo—tienes que relajarte.

Me acomodo en su regazo, sonriendo como una quinceañera, el perfume de su cuerpo entra en mis fosas nasales actuando como un verdadero sedante. Inmediatamente me relajo contra sus brazos, sus manos comienzan a masajearme los hombros lentamente y tengo que morder mis labios para no gemir, pero me lo pone difícil cuando comienza a besarme lentamente el cuello.

Caso 765 » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora