» No hay nada que no hiciera por ellos.

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¡Hey cariño! ¿Qué sucede?

—¿Puedes hablar verdad? —pregunto a través del auricular. Theo se ríe pero confirma que sí de todas formas. —¿Estás seguro?

—¡Que sí mujer! ¿Qué pasa?

—He descubierto algo, o más bien creo haber encontrado otra prueba. Una nueva pista.

Intento hablar despacio, en voz baja y casi mecánica. No estoy en el caso, me he desligado de toda acción u interés por el casi 765 y nadie, absolutamente nadie, puede saber que estoy ayudando incógnitamente en ello. No necesito problemas y claramente no puedo arriesgarme a que el artillero de la muerte sepa que aún sigo involucrada, no si quiero proteger a mi hermano.

Así que hago como que todo es normal, como si no acabase de salir de la sala de interrogatorios, donde desactivé las cámaras de seguridad para no correr riesgos. Hago como que está llamada es una llamada cualquiera y no con un agente amigo que es cómplice de todo esto.

¿Cómo? —la sorpresa en su voz me hace sentir casi ofendida, casi.

—He encontrado una nueva pista, ¿Podemos vernos esta noche? Ve a cenar a casa y lleva a Willow.

Está bien, llevaré el postre. Nos vemos a las ocho

—Nos vemos

Corto la llamada e inmediatamente borro esta de mi lista. Me dirijo hacia la máquina para coger un nuevo café y vuelvo a mi oficina en menos de diez minutos con la grabadora de mano, la grabación de la máquina y mi libreta con anotaciones.

Tengo mucho que hacer antes de mostrarle a Theo lo que he encontrado.

Debo comenzar a trabajar en una conjetura. Tenemos que saber con exactitud todas las piezas del juego macabro que ese psicópata hizo vivir a los once muchachos.

Tenemos que atraparle.

Sí o sí.






+







—Hoda tía aisa

—Hola preciosa

Me dejo caer de rodillas en el suelo frente a Willow quien se refugia en mis brazos regalándome un cálido e infantil abrazo, cargado de aroma a bebé. Me levanto minutos después y beso la mejilla de mi amigo.

—Iré a dejar el postre a la nevera. —Informa mostrándome una bolsa. Asiento y cojo de la mano a Willow para llevarla al sofá.

—¿Onde esta Liot?

—Elliot está llegando, dijo que tenía muchas ganas de verte.

Sus tiernas y regordetas mejillas se tiñen de un exquisito tono carmín y yo sonrío completamente enternecida. La pequeña Will tiene un enamoramiento con mi pequeño hermano que no pasa desapercibido.

Willow me pide que le coloque las caricaturas así que eso hago. Le dejo entretenida antes de ir hacia la cocina, donde Theo está colocando la mesa. En cuanto me ve entrar se vuelve hacia mí y sonríe.

Caso 765 » h.sМесто, где живут истории. Откройте их для себя