Caso 765 » h.s

» Ese hijo de puta puede chuparme el pene

La chica es lo bastante inteligente como para hacerse a un lado y dejarnos entrar al lugar. El lugar...es un verdadero asco. El piso está lleno de vasos vacíos, envolturas de comida, envases de cervezas, ron, vodka, pisco y también tequila rondan por doquier. Ni hablar de las colillas de cigarrillos, envases de condones usados y también colillas de cigarrillos de marihuana. El lugar es un asco y el aire está malditamente pesado. Las cortinas están cerradas, haciendo que todo se vea realmente oscuro. Uno de los agentes que nos acompaña me da una mirada y yo asiento autorizando, rápidamente abre cortinas y ventanas dejando entrar aire y luz solar.

La chica se mueve por el lugar bajo mi dura mirada y no pasa mucho antes de que desaparezca en una habitación. Se escuchan murmullos, movimientos y luego la puerta es abierta. Un chico rubio, bastante guapo, alto y sin camisa sale de la habitación donde la rubia se metió. Nos da una mirada confundida y no paso por alto la mirada que me da recorriéndome de arriba abajo. Cuando él me mira tengo los brazos cruzados, el rostro parcialmente serio y una ceja alzada. Lo noto tragar saliva nervioso.

—Mi novia me dijo que querían hablar conmigo.

—Así es. Soy la agente Tanner y él—apunto a Theo—es mi compañero el agente Wood, somos del FBI y estamos aquí para hablar contigo sobre el caso del artillero de la muerte y tu secuestro el año dos mil cinco.

Lo noto quedarse quieto, notablemente tenso, con el rostro perdiendo color y la respiración entre cortada. Tres chicos hasta el momento, todos con la misma reacción a la mención del artillero de la muerte.

—¿Qu-que pasa con ello? —Intenta rápidamente recomponerse—Ya dije que lo que tenía que decir hace once años y el caso está cerrado.

—Estaba—Le digo sentándome frente a él—El caso ha sido reabierto a investigación. Y antes de que nos lo preguntes es por qué ha habido dos nuevos asesinatos, a dos niños. Ambos con notas de advertencias para ustedes y para nosotros.

—Eso es una mierda...

—Y sí que lo es. Por lo mismo debes venir con nosotros a las instalaciones de seguridad en Londres. —Él me mira de inmediato— Tú y los otros tres sobrevivientes aún están dentro del programa de protección a testigos, es por ello que debes venir con nosotros, no está a discusión. Tienes que venir con nosotros por las buenas o por las malas.

—¿De qué trata todo esto? no me moveré de aquí sin ver una orden o algo, esto parece malditamente sacado de una mala película policial.

—Mira—Suspiro cansada—Te daré todos los malditos documentos que quieras, pero vendrás con nosotros y espero que sea de la buena manera, de no ser así tendremos un problema, ya que a mi alrededor veo muchas colillas de cigarrillos de marihuana y como sabrás es ilegal mantener el consumo de esta. Además apuesto lo que sea a que tu novia aún no tiene veintiún años y está aquí contigo que eres mayor de edad y claramente consumiendo sustancias ilegitimas, drogas y alcohol. Puedo meterte a prisión y no me haré cargo de ti ni yo ni el sistema de protección de testigos. Así que tú decides—me cruzo de brazos—vienes por las buenas o te hago arrestar.

—No puedes hacer eso—Murmura ahora, con menos altanería que antes—No puedes malditamente obligarme a ir contigo. Y ese hijo de puta puede chuparme el pene.

—Escucha—Digo ya cansada—He viajado durante casi siete horas en un vehículo desde Leeds hasta aquí. Con el fin de llevar tu maldito trasero hasta Inglaterra para protegerte de un jodido psicópata que quiere acabar con lo que empezó en el dos mil cinco. Eso quiere decir que tomará a los cuatro sobrevivientes y los hará jugar otra vez, hasta que solo quede uno, eso claro está si es su propósito. Porque puede que ninguno de ustedes quede vivo. Tengo a dos de los cuatros sobrevivientes conmigo ahora mismo en el auto. Así que tienes que apúrate, nos iremos en dos horas y desde ya te aviso que tu novia no puede venir.