Había pasado una semana.
Los miembros comenzaban a preocuparse por JungKook. Su actitud había cambiado desde aquel viaje y es que Ariel no había dado señales de vida en ningún momento. Fue al tercer día que JungKook dejó de insistir y dejó su celular a un lado. A todos les resultaba difícil de creer, JungKook dejando su celular de lado por varios días y por cuenta propia.
Lo único que hacía era estar en la cocina o en su habitación haciendo...nada. Se pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, practicando algunos pasos de baile y cantando, pero cada paso, cada estrofa le recordaba a su pequeña y volvía a dejar de moverse.
El móvil descansaba dentro de un cajón. Descargado. JungKook no se había molestado en cargarlo ni una vez, no le veía el caso si Ariel no quería saber nada de él. No iba a insistir, no iba a molestar.
Salió de la habitación con la mirada gacha, bebió un poco de jugo del refrigerador y caminó a la sala. Hacía dos días que habían vuelto a Seúl, se encontraban en el departamento y ya era media noche. Prendió la tele y se acostó en el gran sillón.
Hoseok se encontraba en el comedor escribiendo algo, YoonGi estaba en el estudio y los demás sabrá Dios.
El mayor en la habitación carraspeó, JungKook dio un trago.
ㅡ¿Aún no duermes?
ㅡNo tengo sueño ㅡmurmuró y cambió de canal.
Jung resopló. Dejó lo que escribía y se aproximó al maknae.
ㅡ¿Estás bien?
ㅡMmm.
Tomó asiento a su lado y le arrebató el jugo dándole un sorbo. Las luces estaban apagadas y la luz del televisor lastimaba los ojos de JungKook.
ㅡ¿Es por Ariel?
JungKook permaneció en silencio. Con el control en mano, apagó la televisión. La imagen se volvió negra.
ㅡ¿Has intentado llamarla?
ㅡTres días seguidos. Me mandaba a buzón.
ㅡ¿Y no lo has intentado ahora? ¿No dijiste que volvía a Estados Unidos?
El cantante no respondió.
ㅡDebe de haber perdido su celular o algo.
ㅡNo molestaré más ㅡrespondió dejando el control de lado, estiró las piernas y se puso de pieㅡ, iré a dormir, Hyung. Descanse.
Estiró los brazos y caminó unos metros antes de ser detenido por la voz de su mayor.
ㅡDeberías intentarlo una última vez.
Y sus palabras hicieron eco hasta llegar a su habitación. Cerró con seguro y no pensó en si su compañero de habitación querría entrar luego. La habitación estaba completamente oscura. A ciegas, se encaminó por la habitación hasta llegar a los cajones a un lado de la cama y se sentó sobre ella.
Miró el cajón, nervioso.
<<deberías intentarlo>>
¿Debería?
Las manos le sudaron y se rascó la cabeza. Con cuidado, abrió el cajón y el celular se mostró apagado. Con rapidez buscó el cargador en su mochila y lo conectó. Esperó impaciente hasta que la pantalla encendió, mostrando que estaba cargandose.
Volvió a sentarse en la cama y mordió sus uñas. No tenía idea de cuánto había pasado pero su vista nunca se apartó del móvil encendido. Decidió que ya estaba cargado lo suficiente y lo tomó.
1 llamada perdida de Ariel
