Locked inside myself (Sinsajo)

Capítulo 9

Peeta.

- sé que estos días lo único que ha podido pensar es en cómo pudo haber muerto Katniss Everdeen, así se que lo mostraré.

Trago en seco.

- de acuerdo, hagámoslo.

De repente a la habitación entra un agente de la paz, el cuál trae consigo un pequeño control remoto, que entrega a Snow haciendo una pequeña reverencia, para luego salir nuevamente.

- ¿qué es lo último que recuerda, señor Mellark?

La escena se repite en mi cabeza.

Flashback

Me quedo viendo a Katniss partir junto a Johanna, cierro los ojos un momento y ruego al cielo que vuelva a salvo.

«No es gran cosa, sólo llevará un cable hasta la playa, ¿qué podría salir mal?» pienso para mí.

Decido matar un poco de tiempo entablando una conversación vacía con Finnick.

Beetee revolotea por todos lados, revisa cables aquí y allá, balbucea de vez en cuando y luego vuelve a revolotear.

El tiempo parece pasar más rápido cuando Finnick y yo nos dedicamos a realizar anzuelos para pescar después.

Pasado un tiempo, me percato de que Beetee ha desaparecido.

- hey, Finnick, ¿dónde está Beetee?

- perfecto, otro bebé al qué cuidar - comenta con tono molesto.

Por un momento, al escuchar que Finnick menciona a mi hija, me permito sonreír, respirar, y relajar los músculos.

- debemos buscarlo, pronto.

Acordamos tomar caminos separados y cubrir el mayor terreno posible.

Recorro una buena parte de selva, hasta encontrar una sombra perdida, dando tumbos y caminando de manera desorientada.

- hey, Beetee, el árbol está por aquí.

Me acerco un poco más a él y lo tomo del brazo, guiándolo hacia el árbol.

Un segundo después escucho a Finnick gritar mi nombre con desesperación, por lo que corro hacia su dirección tratando de llevar a Beetee conmigo, pero éste se resiste y termina corriendo en la dirección equivocada.

Decido venir por él después.

- ¿qué pasa? - pregunto agitado, cuando diviso la sombra de Finnick.

- el cable se cortó.

«Katniss»

Corro siguiendo el cable y gritando varias veces el nombre de mi esposa.

De repente la rama de uno de los árboles sobre mí baja bruscamente y me golpea la cabeza, noqueándome.

Termino inconsciente un buen tiempo, inmóvil y débil.

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Para cuando despierto, ya ha pasado un buen rato. 

«ya debe estar muerta» pienso.

Pero un grito repentino lo cambia todo, un grito que desearía no conocer tan bien.

- ¡KATNISS!

El grito surge cerca del árbol, por lo que corro hacia éste como si no hubiera un mañana, tropezando varias veces gracias al golpe en mi cabeza.

Puedo ver la nube formándose sobre el árbol.

- ¡KATNISS!, ¡¿ME OYES?!

El rayo cae, y su onda expansiva me arrastra hasta el tronco de un árbol, con el cuál me golpeo la cabeza nuevamente.