Capítulo 5: Una sorpresa para Minako

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— Minako, ¡tienes que creerme! No he estado con ella... No sé cómo supo lo de mi cicatriz, pero no ha pasado nada entre nosotros —explicó Yaten, intentando defenderse.

— Si amas realmente a Yaten como dices, entonces ¡déjalo en paz! —dijo Minako con voz firme, acercándose a Betria.

— ¡Es él quien me buscó a mí! ¿Por qué no desapareces tú de su vida? Eres tú quien apareció después —dijo Betria muy herida y retrocedió al ver a Minako tan cerca.

Minako caminó hasta el lavamanos y tomó entre sus manos la cinta de color rojo que Betria había dejado para confundir a Yaten.

— No sé cómo sabes de la cicatriz de Yaten, pero estoy segura que él no me ha engañado. Confío en él porque esa cicatriz, fue una herida que se hizo arriesgando su vida para salvarme —explicó Minako a Betria.

Yaten suspiró aliviado, Betria se paralizó ante las palabras de Minako.

  — ¡Eso no es verdad! —dijo Betria, mientras negaba con la cabeza—. Estás inventando eso para herirme.

  — Jamás quise hacerte daño, Betria —respondió Minako, intentando ser comprensiva.

  —¡Él no hizo esopor ti! ¡Estás fanfarroneando! ¡NO DIGAS ESA MENTIRA!  —gritó Betria, lanzándose con furia hacia Minako, levantó su mano para abofetearla, pero Yaten la cogió del brazo con brusquedad.

  — ¡No te atrevas! —le advirtió Yaten.  

 Betria intentó luchar contra el agarre de Yaten, pero él no la soltó. Betria comenzó a sollozar.

— Entonces ¿es cierto? ¿Es verdad lo de esa cicatriz? ¿Tanto amas a esta mujer, Yaten? —preguntó Betria.

— Siento mucho hacerte tanto daño, Betria. Eres una buena chica, pero no puedo corresponderte. ¡Perdóname! Me enamoré de Minako —explicó Yaten.

Betria comenzó a vestirse sin siquiera mirarlos.

— Siento mucho que sufras por mi culpa, pero ya te expliqué que esa no ha sido mi intención —dijo la rubia con tristeza.

— ¡No es tu culpa, sino mía! Quise abofetearte, les tendí una trampa, te he tratado mal y aún así, tú no me miras con odio. He entendido que ustedes se aman y no tengo nada más que hacer aquí. Lo siento —dijo Betria avergonzada y triste, para avanzar a la salida. Yaten intentó detenerla, pero ella le pidió que la dejara ir—. Me tomará tiempo asimilar esto, pero debo hacerlo. Y para la tranquilidad de ambos, les confieso que espié a Yaten mientras se cambiaba la camisa en la habitación, solo minutos antes de que llegaras, Minako.

Minako y Yaten la miraron con asombro y Betria se marchó.

— ¿Crees que está bien dejarla ir así? —preguntó Minako algo angustiada.

— Estoy seguro que está muy avergonzada de lo que hizo, así que es mejor dejarla sola, al menos por ahora —dijo Yaten.

La pareja se contemplaba mutuamente, Yaten cogió la mano de Minako con tiernura, y le recordó que debía irse, la boda seria en breve. A Minako le brillaron los ojos al recordar que solo faltaban unas horas para su tan esperada boda.


Pasaron las horas, estaba todo listo. Las doncellas habían acondicionado el jardín principal del palacio, porque Minako quería una boda al aire libre. Yaten estuvo de acuerdo debido a la gran cantidad de olivo dulce que se encontraba allí y que a él le fascinaban. También colocaron una gran cantidad de lirios y orquídeas que eran del agrado de Minako. Miles de pétalos fueron esparcidos por el pasillo hacia el altar, porque le daba un aspecto más natural y romántico que una alfombra.

Una boda muy especial (Sailor Moon)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt