Una boda muy especial (Sailor Moon)

Capítulo 3: La explicación de Yaten

— Las chicas se han tardado demasiado, ¿no creen? —dijo Artemis.

— Las chicas siempre se tardan demasiado —dijo Seiya.

— Iré a ver qué sucede —dijo Luna. Pero no pudo llegar muy lejos, porque Usagi entraba al salón agitada y con expresión de preocupación.

— ¿Qué te ocurre? ¿Dónde está Minako? —preguntó Seiya, tomando sus manos—. No es bueno que estés así, tan agitada.

— Minako se ha ido —anunció Usagi entre jadeos.

— ¿Qué? —preguntaron todos a coro.

— Yaten, ¿quién demonios es "Betria"? —preguntó Usagi indignada.

Yaten se palideció al escuchar ese nombre en los labios de Usagi y entendió lo que estaba pasando.

— ¿Dónde se fue Minako? —preguntó Yaten.

— No lo sé, pero estaba llorando —dijo Usagi, mirando indignada a Yaten.

— ¿Dónde se fue Betria? —preguntó Yaten.

— No lo sé. Seguí a Minako hasta la puerta, pero tomó un taxi. No tengo idea de qué ocurrió con tu "novia" Betria en ese momento —masculló Usagi.

— ¿Novia? ¿Cuál novia? —preguntó Rei—. ¿Estás engañando a nuestra Minako?

— No es lo que piensan. Yo... —Yaten intentó explicarse, pero salió corriendo del lugar, tenía que encontrar a Minako y explicarle todo a ella primero.

— ¡Espera! —dijo Artemis bloqueando el paso de Yaten—. ¡Déjala en paz! Minako querrá estar sola, no importa lo que digas, no te escuchará.

Yaten se detuvo, sus ojos se cristalizaron.

— ¿Qué fue lo que le dijo Betria a Minako? —preguntó Yaten a Usagi.

— Que es tu novia desde hace años, ¿acaso hay más por saber? —respondió Usagi molesta.

— Espero tengas una buena explicación —dijo Makoto haciendo tronar sus dedos.

— Hiciste que Minako se ilusionara y se separara de toda su familia y amigos, la trajiste a un planeta desconocido  y le prometiste que la amarías y cuidarías; nuestra princesa te dio a una de las guerreras más poderosas de nuestro sistema solar, la reencarnación de la Diosa Venus, mi compañera y amiga Sailor V —dijo Artemis engrifándose de rabia—. Y ahora, simplemente aparece una tipa diciendo que es tu novia... no dejaré que hables con Minako, no hasta que me des una verdadera razón para creer que la amas de verdad.

Yaten miró con asombro a Artemis, el gato blanco quien siempre hablaba caballerosamente, estaba fuera de sí. 

— ¿Por qué no nos sentamos y hablamos tranquilamente? —sugirió Seiya, intentando calmar los ánimos.

Usagi lanzó una mirada mortal a Seiya, quien se paralizó al verla tan molesta.

— Tú sabías... y no dijiste nada —espetó Usagi.

— ¿Tú también eras consciente de esta situación, Taiki? ¡Qué desilusión! —dijo Ami haciéndole un desprecio a Taiki.

— ¿Y usted princesa? ¿También lo sabía? —preguntó Makoto a Kakyuu, quien solo miraba la escena en silencio.

— No se enfaden con los muchachos, ni con la princesa. Ellos no podían decirles algo como eso, era mi responsabilidad contarle todo a Minako —intervino Yaten.

— ¡Entonces explícanos ahora! Porque te juro que si no me convence tu explicación, me llevaré a Minako de vuelta a la Tierra —amenazó Artemis, apretando los dientes.