CAPÍTULO 16: NUEVA VIDA

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CAPÍTULO 16: NUEVA VIDA

Blaine fue a la universidad para ver que hacía con sus estudios. Sin embargo, el rector le comentó que se había perdido demasiadas clases mientras estaba en el hospital, a parte de que no había realizado los proyectos y los exámenes parciales durante esos días por lo que llegaron al acuerdo de que retomara las clases el siguiente semestre y que durante esos días se dedicara a disfrutar de su recién conseguida libertad y que se recuperara plenamente. En el fondo, el moreno sabía que al rector le preocupaba que toda la presión y la posibilidad real de fracaso acabaran haciendo mella en su actitud. Salió de allí un poco perdido. Estaba en el mes de mayo, por lo que no tenía nada que hacer hasta septiembre y eso era algo que no le gustaba. Necesitaba sentirse ocupado ya que el ejercicio y las actividades rutinarias ayudaban a su mente a alejar sus miedos. En ese momento recordó que había alguien a quien todavía no había visto y que no tenía nada que hacer, por lo que decidió llamarla.

Jessica entraba a la cafetería en la que había quedado con el ojimiel y escucha atentamente lo sucedido en la Universidad.

– Yo entiendo al rector. – Dijo la rubia.

– Yo también, la verdad... – Añadió él.

– Cambiando de tema... ¿Algún avance entre Kurt y tú? – Quiso saber la chica.

– Ayer me dijo que me quería... Pero creo que fue en sueños... – Explicó Anderson.

– ¡Ah! – Gritó la rubia emocionada.

– Jess, calma... Por favor... Te van a escuchar todos... – Susurró el menor.

– Eso que importa... Estáis a punto de comenzar una relación... Perdona si me emociono... – Dijo la ojiverde fingiendo que se secaba una lágrima.

– Eres un poco dramática... ¿No crees? – Bromeó Blaine.

– Es que tengo unas ganas de ser tía que no te puedes imaginar... – Informó la mayor.

– Un momento... Primero, no somos pareja. Segundo, dos hombres no pueden tener hijos, al menos de una forma sencilla, sabes a lo que me refiero... Tercero... ¿No vas muy deprisa? – Comentó el moreno.

– No lo puedo evitar... – Dijo la rubia.

Los dos salieron de la cafetería y comenzaron a andar. Mientras caminaban vieron un cartel en el que un grupo buscaba un cantante. El ojimiel lo miró curioso y su amiga lo animó, así que sacó su teléfono y marcó el número.

– ¿Hola? – Dijo una voz masculina al otro lado de la línea.

– Hola... Soy Blaine y he visto el anuncio de que buscáis un cantante para un grupo y quería informarme. – Comentó Anderson.

– Vale. Soy Jeff, nuestro grupo se llama The Warblers y hacemos conciertos en varios bares de Nueva York con canciones de pop comercial. ¿Conoces el bar Scandals?

Por supuesto que lo conocía. Era un bar con música en directo al que, de vez en cuando, asistían cazatalentos en busca de nuevas promesas de la música. Todos querían tocar allí, pero sólo unos pocos lo conseguían.

– Claro. – Respondió el moreno.

– Bien, el viernes de la semana que viene son las audiciones. Prepara dos canciones, una que haya estado en la lista de éxitos en los últimos cinco años y otra que sea algo más personal. ¿Cuál es tu nombre completo?

– Blaine Devon Anderson.

– ¿Edad?

– Veintiún años.

– ¿Tocas algún instrumento?

– Piano y guitarra.

– ¿Algún estudio relacionado con la música?

– Estoy en la NYU estudiando música.

– Eso es bueno... Creo que ya tengo todos tus datos. Nos vemos la semana que viene.

– Adiós.

– ¿Y bien? – Preguntó Jessica cuando vio que su amigo colgaba el teléfono.

– Tengo una audición el viernes de la semana que viene. – Respondió el menor.

– ¡Eso es genial! – Celebró la rubia.

– No sé... Hace mucho que no canto... – De pronto el moreno volvía a sentirse inseguro.

– Tienes ocho días hasta la audición, vas a prepararte para conseguirlo. Tú puedes... Lo primero es pensar con qué canción vas a presentarte. – Lo animó la rubia.

Los dos amigos se dirigieron a casa de Anderson ya que allí habían trasladado el piano del menor. Mientras se dirigían al lugar iban hablando de las posibles canciones para su audición. Llegaron y vieron a Rachel que todavía no había ido al teatro y les ayudó con la búsqueda. Encontraron varias canciones así que decidieron que Blaine las cantara antes de decidir. La primera opción era Cough Syrup. Las dos mujeres quedaron anonadadas al escuchar al joven cantar. Sabían que se dedicaba a la música pero no sabía que tenía tan buena voz. Sin embargo, la menor no pudo quedarse a escuchar otras porque debía ir al teatro a trabajar. Después de un rato escuchando al joven, la mayor también se tuvo que marchar, dejándolo sólo practicando.

Kurt y Cooper estaban fuera del apartamento buscando las llaves y escuchaban como un vecino tenía música puesta. Sin embargo, al entrar descubrieron que lo que habían oído era a Blaine tocando el piano en una versión acústica de Teenage Dream. El castaño miraba a su amigo con la boca abierta. Su voz era mágica y sintió como cada centímetro de su piel se erizaba ante los sentimientos que le provocaba el menor.

– Cierra la boca. – Susurró el mayor de los Anderson al oído de ojiazul, haciendo que este se ruborizada.

La canción terminó y los dos recién llegados comenzaron a aplaudir, sobresaltando al ojimiel.

– Perdón, no quisimos asustarte. – Se excusó Hummel. – Eso ha sido...

– Magnífico... – Terminó el hermano del cantante.

– Gracias... Tengo una audición la semana que viene y tenía que practicar. – Comenzó a explicar. Los otros dos se acercaron a él y escucharon lo que había pasado ese día y se alegraron de ver como Blaine se reponía y buscaba algo que hacer, al menos hasta que volviera a las clases.

Esa noche, el moreno durmió sólo y no tuvo pesadillas. Por fin parecía que encontraba sentido a su vida. Tenía a sus amigos, a su hermano y su sueño de ser cantante. Más de lo que había tenido desde que sus padres lo echaran de casa.

No Hay Motivos Para Seguir (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora