prólogo

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Una chica de cabellera rosada se encontraba caminando por las calles de la aldea de Konoha, la aldea oculta entre la hojas, traía consigo un par de bolsas con contenido comestible, salió a comprar para poder conseguir lo que le faltaba para preparar una cena deliciosa con un poco de curry y sopa, la verdad olía muy bien, en eso un llanto tras unos arbustos así que decidió ir a ver que lo provocaba.

— ¿Hay alguien hay? —la kunoichi pregunto con un poco de desconfianza pues se sentía cómoda interviniendo en los problemas de otros.

Pero lo que encontró le hizo ablandar su corazón, a un niño de cabellos plateados y ojos del color de una flor purpura se encontraba sentado en posición fetal, mientras escondía su cabeza entre sus rodillas, las lágrimas se podían notar escurriendo de sus regordetas mejillas, no había nadie con el pequeño. Se acercó a paso lento no quería asustar al niño, se puso a un lado de el; sentándose con ambas piernas estiradas, alzando su rostro al cielo y recargándose en su brazos.

El niño al ver la compañía no dijo nada pero tampoco se sentía muy cómodo, se secó sus lágrimas y volteo a ver a la muchacha.

— ¿Qué quieres? —fueron las palabras que salieron del chico, hostiles y rapidas.

La pelirrosa no lo miro lo que le hizo que el niño se molestara. — ¿Si no vas a decir nada entonces para que me molestas? —.

La pelirrosa esta vez si lo volteo a ver— ¿Qué? ¿Acaso es ilegal sentarse en el pasto de un parque? —dijo con una sonrisa un tanto socarrona, el pequeño inflo sus cachetes haciendo un notorio puchero.

Cuando el niño iba a reclamar una mano se posó en su pelo y lo revolvió de manera cariñosa— Vale, vale, no te enojes solo quería tomarte un poco el pelo —se excusó la pelirrosa viendo al chico que se sorprendió por la actitud de la joven; usualmente la gente al ver su actitud se alejan de el.

— Y, ¿A qué se debe el llanto? —alejo su mano del chico.

El otro resignado al ver que aquella chica no lo dejaría tranquilo, soltó un suspiro y miro al suelo mientras jugaba con un palito de madera en el suelo— Mi papá y mi mamá se enojaron conmigo —dijo con remordimiento. — por accidente tire un jarrón que le gustaba mucha a mamá y me dijeron que eso me pasaba por estar inquieto y no hacerles caso y que por eso no me iban a llevar a ver a mis primos y pues les grite que los odiaba, salí corriendo y pues llegue aquí —las lágrimas volvieron— yo no quería decir eso, yo nunca he odiado a mamá ni a papá —la joven soltó una risilla, lo cual hizo enfurecer al niño.

La Haruno al ver que había hecho sentir mal al otro se apresuró a hablar— No te enfades no era para que te enojaras, solo me rei por ver lo inocente que eres, lo lamento —.

No entendió la parte de inocente pero se conformó con esa disculpa, pero de todas formas eso no arreglo el problema de sus padres y el, hasta que la voz suave y amable le hizo levantar el rostro y ver a la joven— No llores porque lo único que quieren tus padres es que se has un gran hombre en el futuro y que sepas aceptar cuando te equivoques y aprender de esos errores —le dijo mientras miraba el cielo y una sonrisa melancólica se instalaba en sus labios.

Medito esas palabras, o bueno por lo menos lo intento, pues un niño de cinco años no podía hacer mucho en cuanto a pensar y explayar en su mente lo que le intentaban decir, pero por lo menos entendió el punto

— Creo que tiene razón señorita —dijo mientras se levantaba del suelo y sonreía con determinación— voy a ir con mamá para pedirle perdón e intentar no volver a romper ningún jarrón —el brillo en los ojos del chico le hizo sentir un tanto entretenida, pues parecía que le hubieran revelado la fórmula para todos los misterios del universo.

— Créeme que la tengo —dijo en al momento que ella también tomaba impulso y se levantaba del suelo, le revolvió el cabello por última vez— anda ve, que tus padres han de estar preocupados por ti —vio como el menor se iba corriendo, mientras alzaba el brazo y la volteaba a ver de reojo.

— Gracias y hasta pronto señorita —dijo el niño con una sonrisa en su cara, para después regresar su vista a su camino y desparecer de la vista de la mayor.

La Haruno miro por tercera vez el cielo que se alzaba sobre ella, pero ahora la sonrisa que anteriormente se instalaba en su rostro fue reemplazada por una mueca de tristeza, soledad y con dolor.

— Como me hubiera... —soltó un suspiro— como me hubiera gustado siquiera un regaño, una llamada de atención lo que sea departe de un padre y una madre —dijo con unos ojos que anhelaban algo que ya había sido perdido.

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Fin del primer capitulo!!!

Espero que lo disfruten mucho
Y tratare de subir capítulos lo más pronto posible.

Inner:te quedo bien feo, nadie va a leer esto-mientras está comiendo papas

Yo:no hagas que se vallan mis esperanzas-dice mientras le quita sus papás.

Inner: devuélveme mis papas-dijo pero con un aura aterradora.

yo: espero actualizar pronto, si es que salgo viva de aquí, ahora si nos vemos hermosas o hermosos lectores!!!-sale corriendo como loca seguida de su inner.

Bueno. Hola, si estás leyendo esto es porque mis proyectos han sido pausados y me encuentro o ya lo he editado, me di cuenta de mis faltas de ortografía, de ilación, tiempos, entre muchos otros, espero que continúes y te mando una invitación a mis de más historias.

¡Sayonara!

¡Este es mi verdadero ser! (Pausada)Where stories live. Discover now