Su Nombre Es Julie...

Capítulo 2.

Aparcó el coche fuera de un local relativamente pequeño, habían muchas luces fuera y algunas personas en la acera fumando o platicando. La música se oía desde fuera, con una combinación extraña de gritos, cantos desafinados y risas.

Saqué mi móvil y lo encendí, eran las nueve de la noche. Sobre la entrada resaltaba un cartel de luces neón que parpadeaban anunciando el nombre del lugar.

—¿Atomic? —pregunté en un absurdo intento de aminorar el nudo de nervios que se almacenaba en mi interior. —Pf, qué original.

—Lo sé, es genial, ¿cierto? —respondió sonriente mientras se quitaba la chaqueta negra y se la colgaba en el brazo. Decidí no aclarar mi sarcasmo y caminé junto a él en silencio.

Entramos al sitio que estaba abarrotado de personas, era difícil caminar en línea recta entre ellas. Louis me tomó de la muñeca y me dirigió entre la multitud hasta llegar a la barra, donde habían unos cuantos bancos vacíos.

—Vaya, ¿que día es hoy? Juraría que los viernes normalmente no hay tanta gente. —mencionó Louis extrañado mientras se sentaba a mi lado.

—Oh, es que es el cumpleaños de un chico y media ciudad esta aquí. —respondió el bartender acercándose a nosotros.

—Con que eso es... como sea. —recuperó la concentración en el presente y sus ojos me examinaron para después apuntarlos al bartender. —Dos shots de tequila para comenzar, por favor.

Lo observé con desdén mientras relajaba las piernas y trataba de respirar con tranquilidad para estabilizarme.

—¿Siempre tomas dos shots de tequila para la entrada? —pregunté con indiferencia mientras recargaba los codos sobre la barra.

—Claro que no, linda. Tequila porque hoy estoy teniendo una peculiar cita y me parece conveniente aclarar que uno de los shots es tuyo.

—Y has asumido que me gusta el tequila, ¿cierto? —le lancé una mirada retadora. La realidad era que yo nunca había probado ni una gota de alguna bebida alcohólica, pero trataba sutilmente de disimularlo.

—Oh, bueno... normalmente las chicas quieren que nosotros pidamos por ellas, así que he tratado de evitarte ese paso. —respondió sonriente y me lanzó un guiño que hizo saltar una mota de emoción en mi estómago.

—Aclárame algo, ¿eso te lo ha dicho una chica? —pregunté sin poder evitar que una sonrisa se asomara en mis labios.

El silencio me confirmó su respuesta y solté una pequeña carcajada en forma de burla.

—Disfruten. —nos dijo el bartender dejando los shots frente a nosotros junto a un platillo de limones.

—Adelante. —indiqué con mi mano mientras sostenía mi sonrisa. —ambos shots son tuyos.

—¿Estás segura de que no te gusta? Ni siquiera es tan malo. —sus gestos se tensaron dejando ver a un Louis vulnerable y nervioso. —No es justo si solamente me ves beber a mí. Pide algo, se supone que debemos compartir el momento. —me dijo mientras jugueteaba con una rebanada de limón.

—Oh, no. Yo no debería beber... m-mañana tengo que despertar temprano. —respondí rogando que mi tono de voz no me delatara.

Aunque después de ver que una media sonrisa se le asomaba por el rostro y sus gestos se volvían a relajar, mis esperanzas disminuyeron.

—O me dirás que nunca has bebido en realidad, ¿eh, Maddison? —preguntó recuperando toda confianza en sí mismo.

—Pff, por favor, ¿quién no ha probado el alcohol? Por supuesto que bebo, pero no me gusta el tequila. —expliqué, siendo que en realidad ni siquiera había tenido la oportunidad de probar el tequila.