¿Papá?

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El día era lluvioso, y todos se habían ido ya de la escuela, ya que esta no contaba con techo en su patio. Eran inicios de 5º grado de primaria, el cual ya estaba comenzando a detestar.
Cada segundo volteaba a ver su reloj, impaciente; su padre le dijo que lo recogería temprano esa tarde, pero todo lo contrario. Se suponía que lo llevaría a casa y después saldrían con Shiro a los videojuegos.

—"¿Sigues aquí?"
Keith volteó hacia aquella voz, proveniente de una chica de cabellos castaños y gafas redondas.
—"Tú también, Pidge." Contestó este, mientras se cerraba la sudadera y se colocaba el gorro.
—"Ya sabes, Matt trabaja y estudia con mi papá, y tú hermano. Mi mamá tiene el sueño súper pesado en la siesta, y eso." Dijo esta, mientras se colocaba a lado del azabache junto su paraguas.
—"Además, ¿qué haces aquí abajo de la lluvia? Te vas a resfriar, tarado."
—"No me importa, me recupero. La ventaja es que falto a la escuela."
—"A veces me pregunto cómo es posible que apruebes todo y faltes mucho."
—"Tengo mis trucos."

La castaña bufó en respuesta, mientras esbozaba una sonrisa.
Luego de ello, una camioneta llegó a alta velocidad y se detuvo de manera brusca en frente de los dos, se notaba que el conductor no sabía manejar el automóvil en tiempos de lluvia.
—"¿Quién es el loco que maneja?" Dijo Pidge.
—"Mi hermano." Respondió Keith, lo más normal.

Y como lo había dicho, del auto bajó Shiro; el cual le dio señas a los dos de que subieran de una vez, ya que se estaba empezando a mojar.
—"Será mejor que vayamos."

—"¡Hey, chicos! ¿Cómo les fue?" Dijo Shiro, mientras estaba al volante. Ambos, al arrancar se colocaron el cinturón.
—"Bien, supongo." Contestó Keith.
—"Lo mismo."
—"Vaya, qué ánimos."
Silencio.

Keith miraba a través de la ventanilla, pero no se podía visualizar nada. Estaba gris, la neblina cubría todo el lugar.
—"¿Qué pasó con papá?" Habló Keith.
—"No lo sé... no contesta mis llamadas, se suponía que ustedes me recogerían pero..." Hizo una pausa, y luego continuó.
—"Sólo que Matt me pidió venir por Pidge, ahora te veo aquí y... creo que tal vez se perdió con la neblina."
—"¿Con la carcacha que tiene? No lo dudo." Dijo Keith, con tono de burla. Pidge reprimió una carcajada, Shiro no lo evitó y dejó salir todo.

—"Vamos, Matt y yo los llevaremos a comer algo."

Cuando ambos hermanos llegaron de regreso a casa, encontraron el auto de su padre dentro del garaje. Supusieron que estaba adentro, que tal vez se encontraba dormido en el sofá y que no había puesto alarma para recoger a Keith.
Pero no, no había nadie adentro.
—"Shiro, ¿dónde está papá?" Keith, con tono preocupante, dirigió su mirada hacia la del mayor, la cual se encontraba inexpresiva.
—"... Voy a llamar a la policía."

Keith se alarmó, ya habían pasado más de 6 horas sin señales de su padre; Shiro hablaba con dos policías en la entrada de la casa, mientras éste estaba sentado sobre el sofá de la sala. Cerró sus ojos, respiró hondo y exhaló todo; se trataba de convencer de que seguramente su padre se encontraba en un lugar cercano, que no lo habrían secuestrado, o, en el peor de los casos para él, que hubiera decidido escapar.
No.

No era posible.

Shiro se colocó a lado de Keith, mientras lo rodeaba con un brazo.
—"Hey, la policía ha dicho que lo buscarán por las calles. Seguramente salió a la tienda o algo por el estilo, no te preocupes."
—"Shiro, ¿qué tal si fue secuestrado? ¿y si lo atropellaron? ..." El azabache, dirigió su mirada hacia el mayor; una mirada llena de miedo y preocupación, que se veía cada vez más cristalizada.
—"No, él estará bien. Él es bastante fuerte como para sobrevivir a un golpe de auto."
Keith rió, y prefirió seguir riendo a pesar de que las lágrimas empezaban a salir de sus ojos. Era mejor, sentía que las lágrimas eran menos pesadas si reía. Entonces, encontró un pequeño refugio dentro de los brazos de su hermano, con la esperanza de que encontrara a su padre.

Pero él jamás regresó.

Su padre, aquel hombre que lo crió, aquel que lo apoyó, aquel que lo protegía de todo. La policía se cansó y dejó de buscar; ellos decían que era como si la tierra se lo hubiera tragado, dieron el caso por cerrado. Keith se negaba a esta realidad, a que su padre estaba en algún lugar cercano, que lo estaba esperando.
Ahora lo trataban de separar de Shiro, la única familia que le queda. Pero él insistió en hacerse cargo de Keith; tenía 19 años, ya era un adulto.

Keith faltó un buen tiempo a la escuela; cada noche se desvelaba llorando sobre la almohada de su padre. No comía, no salía de la cama; se sentía devastado. Era como si la vida le había dado el destino de que todos sus seres amados se apartaran de él.

Como Lance.
Como su padre.
Su madre.

Y por eso la detestaba, porque siempre le arrebataba todo de sus manos. Ahora sólo sentía un gran vacío en su pecho, el cual Shiro trataba de llenar con buenos recuerdos.

Extraña cuando le despeinaba el cabello, cuando lo abrazaba y lo consolaba cada vez que regresaba de la escuela después de un mal día; cuando lo arrullaba para dormir, cuando lo abrazaba, cuando iban en el auto escuchando música de la radio.
Cuando él estaba ahí presente. Ahora lo único que desea es que llegue y lo abrace con tanta fuerza.

Y ahora son sólo recuerdos que enterrará en lo más profundo de su ser.

... Donde estás, Papá.





No me gusta estar sin ti.







| -¡! Sí, esto es como que algo fuera de la historia. Les dije que publicaría algo que no tiene nada que ver con la relación de Keith y Lance, so. Me parecía necesario narrar la tragedia de cómo desapareció el padre de Keith y Shiro se hizo cargo de él.
No se me da escribir cosas sad de este tipo. xd |

Dibujos a crayola [Klance].Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora