V

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En una noche estrellada,

un asesino asechaba

con un arma blanca

a todo aquél que se le cruzara.


Tan oscuro estaba

que hasta miedo daba.

Todos sabían que a él le gustaba pasear

para lograr matar.


Nadie lo perseguía

porque mucho miedo le tenían

¡ni siquiera la policía se atrevía a buscarlo!

y eso que tenían ganas de matarlo.


Solo un cuchillo poseía

y con él acababa las vidas de sus víctimas:

desde niños hasta adultos

todos podían morir.


No era un humano

¿cómo alguien podría hacer algo así?

Seguro era un marciano,

sin ganas de partir aún.


Las víctimas eran más de mil

ya nadie tenía adonde ir

sólo existía el peligro sin fin

y pocas ganas de morir.


Pero un día, los asesinatos cesaron

¿qué había pasado?

la gente pudo salir

y volver a disfrutar de vivir.


De noche salían

ya sin miedo alguno;

los niños en la calle jugaban

y las madres charlaban.


Meses pasaron

y todo seguía igual de encantador.

Era tan irreal, casi un sueño

todos volvían a ser felices de nuevo.


Un día, un pequeño niño desapareció

la gente ya temía lo peor:

el asesino ya había vuelto

luego de unas vacaciones sin sueldo.


Todos estaban en lo cierto,

el asesino había regresado.

Arruinar la esperanza era su sueño

pues había notado la felicidad que consumía al pueblo.

Rimas para después de matarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora