¿Siempre juntos?

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Esa noche todo se soluciono, Alejandra ahora era mi mejor amiga, mi novio era nada mas y nada menos que mi Profesor de Historia, y ahora su familia me acogió todo un fin de semana.
—Gracias Señor Bruno, y a usted Señora Carolina —Estaba agradecido por los esfuerzos de los abuelos de Aidan–.
—No agradezcas, eres la pareja de mi nieto, eso te vuelve parte de esta familia —Creí que esto era una broma, el Señor Bruno me dio un abrazo (no tan incomodo como creí)–.
—Señor Bruno, muchas gracias —Le agradecí como era debido–.
Pero los abuelos, Alejandra, y Aidan me acercaron para darnos un abrazo grupal, era hora de regresar a la nueva vida que tengo.
—Cuida mucho de Aidan, por favor Erick —Alejandra me abrazo–.
No podía creerlo, ella me deseaba lo mejor, su familia era increible. No podía decir lo mismo de la mía.
—Erick vámonos, o no llegaremos a tiempo —Aidan interrumpió el abrazo que me había dado Alejandra–.
—Primo, perdona todo lo que hice, fui egoísta y no sabía que esto no era broma, solo... —Aidan abrazo a Alejandra–.
—Gracias prima, sabía que esto te ayudaría —La dejo y llevo el resto de las maletas al auto –.
Me despedí de todos y me subí al auto.
Durante todo el camino estuve al lado de Aidan, tantas emociones me causaban cansancio, no podía entenderlo pero así era; pero había algo que no podía sacarme de la cabeza, era la perfecta familia de Aidan.
Eran unidos, amables, agradables, y mientras tanto yo, solo tenía padres divorciados. Mi abuelos fallecieron, tanto los paternos como los maternos, estaba solo con mi madre y mi padre.
No me gustaría que Aidan conozca a mi madre, ella siempre quiso a mi padre por su dinero. ¿Por qué pienso en esto tan repentinamente? ¿Por qué pienso en mi familia?
—Erick —La voz de Aidan me saco de un conflicto mental–.
—¿Perdón que decías? —Sin mas preocupación conteste para disimular–.
—Algo te preocupa ¿no es así? —Su mente leía la mía, este señor era todo un sabiondo–.
—No, no es nada —Lo ignore y mire el paisaje de camino a casa–.
—Bueno. Pues ahora que conoces a mi familia, debería conocer a la tuya —Este señor profesor en serio que era todo un sabelotodo–.
—No es buena idea —Debía ser cortante, no quiero que siga con el tema–.
—Erick, quiero saber de tu familia, no puedes estar solo en este mundo —En serio que es persistente–.
—Ellos no existen para mi, entiende —Me estaba poniendo nervioso–.
Después de contestarle lascivamente, todo quedo en silencio, yo me quede con la mirada fija hacía el paisaje, y Aidan solo conducía. Pasaron 2 horas y ya estábamos en la ciudad, no faltaba poco para llegar a casa.
—Listo, llegamos —Aidan bajo del auto y bajo mis maletas–.
Baje del auto y me acerque para entrar a mi casa, pero la puerta estaba abierta. Entre con cuidado y todo esta oscuro, pero de repente un voz de mujer me llamo de la sala.
—Mi pequeño Eri, como has estado mi niño —Era la voz de la persona que no queria ver nunca mas–.
Me abrazo por la espalda, su perfume era muy escandaloso, su voz era chillona e irritante no podía soportar tenerla cerca.
—¿Qué quiere? ¡Váyase mama! —Me libere de sus brazos asfixiantes y me aleje buscando a mi pequeño compañero–.
—¡Miaw! —El chillido de un gato veía de la cocina–.
Totoro estaba pidiendo de comida, yo le preste atención a mi gato, pero olvidaba que Aidan estaba a punto de toparse con la peor mujer del mundo.
—Hola buenas tardes —La voz de Aidan, esto no puede pasar–.
—Vaya, pero que lindo chico, buenas tardes —La voz chillona de la señora madre resonó por toda la casa–.
—Soy Aidan, novio de su hijo —Esas palabras me dejaron helado–.
—¿En serio? ¿Un chico? —Mama no parecía tan escandalosa como lo era–.
—Aidan, deja las maletas donde sea —Salí de la cocina para no dejar a mi madre con un hombre a solas, se de lo que es capaz–.
—Pensé que usted sería mas grande, pero parece ser la hermana mayor de Erick —El con un carácter tan tierno y ella tan pervertida y lasciva–.
—Me avergüenzo —No podía evitar que charlaran, pero tenía que alejarlos uno del otro–.
—Fue un gusto verla Mama pero ya es tarde y yo quiero descansar, podríamos vernos otro día —La saque a empujones de mi sala y mi casa–.
—Ay pero Eri, no he terminado de conversar con tu chico —Odio a mi Madre con toda mi alma–.
—Bueno adiós Aidan, cuida bien de mi Eri —Al fin pude deshacerme de ella–.
Pero las preguntas estaban por caer a mi cabeza, después que se saque a mi Madre de la casa, no podía quitarme de encima de Aidan.


Mi Profesor preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora