Cancelled

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Había una vez, en un pequeño poblado, un peculiar grupo de amigos que con el tiempo y los momentos vividos juntos, comenzaron a considerarse como familia, ya que ellos se entendían por la similitud de edades, además de los gustos en común. Ellos eran la generación más joven en su momento y por ende, se hicieron muy unidos.

Hermanos todos y nadie era dejado atrás. El amor, la dedicación y demás factores siempre estaban presentes entre ellos y por consiguiente, la harmonía y el buen trato nunca se hicieron ausentes cuando se reunían y pasaban juntos grandes aventuras e instantes inolvidables que irremediablemente, se quedaron varados en pasado y en estos momentos, no hay forma de revivirlos.

Porque están muertos, al igual que la susodicha bella familia de hermanos.

Los lazos se fueron deshaciendo por el ácido que es el tiempo y la discordia que se crea cuando la madurez florece. Curioso que un efecto colateral de crecer es darte cuenta que algunas cosas no eran como las creías y tus ojos por fin pueden despojarse de aquellas pupilas pueriles que veían monstruos, princesas y dragones.

Como globos en el aire, uno a uno fueron cayendo y aunque se trataban de quedar a flote, la gravedad siempre quedará imponente ante los aires de grandeza de unos simples niños.

Quien hubiera imaginado que la fruta menos madura sería la primera en podrirse.

Los conceptos de infancia e inocencia ahora están suspendidos en un vacío dónde las letras del alfabeto forman palabrotas y dónde los juguetes se destruyen entre ellos. Los más listos siempre serán los que más ignoran al cerrar su mente como un librero en una biblioteca vieja y estancada.

La pureza queda cancelada y ni los más rigurosos estudios sobre la niñez contemporánea podrán debatir, los casos hablan por sí mismo y aunque la experiencia se sobreponga a la inmadurez, ya no hay nada que pueda invertir las cosas.

Pero no podemos culpar a los ignorantes de todo.

La sociedad es un factor que factiblemente altera los resultados de los hechos. ¿Dónde estaban los padres? ¿Por qué no pusieron más atención a sus hijos? Quizá si lo hubieran hecho, las cosas no hubieran tenido el catastrófico final que tuvieron.

Pero el hubiera no existe.

Y ahora nos encontramos en una dicotomía y una dualidad sobre qué es lo correcto y qué no lo es, aunque... ¿Qué son 'correcto' e 'incorrecto' sino solo conceptos? Los sucesos ocasionados por el pequeño Chan no son malos, tampoco son buenos, pero ahí están indudablemente. Pero es interesante preguntarse como todo hubiera sido sin la inclusión del pequeño niño.

¿Se hubieran cumplido los planes del mestizo y su ruiseñor?

¿El loco hubiera sanado con la ayuda del desafortunado bailarín?

¿Hubieran sido una bella familia el carnicero y el joven de las manzanas?

¿El amor correspondido hubiera salvado al líder de perder la cordura?

Pero de nuevo:

El hubiera no existe.

Y por eso regresamos al mismo punto dónde siete chicos se encuentran en una situación mortal y poco común.

Los sollozos del joven americano se hacen paulatinamente más silenciosos y esto advierte un destino desalentador para todos los presentes.

"Correcto" anuncia el menor de todos "Ahora procederemos a revelar la adivinanza de nuestro amigo Hansol"

Evidente que Chan no ha abierto un diccionario en un buen rato ya que anda mezclando significados de manera espantosa. Los demás prestan atención no porque quieran o deban, es algo más mecánico. Se ha revelado que el ser humano tiene a seguir acciones de manera automática, como si ya estuviera en su sistema hacerlo.


Roue de CouleurOnde histórias criam vida. Descubra agora