Alma Envenenada

Introducción

Amal

Desde su creación todo apuntaba a que su vida sería sumamente caótica. Era el producto del amor entre un dios de luz y un dios de oscuridad, una aberración que nadie se atrevió a contradecir.

¿El resultado? un caótico ser de dos facetas, dos caras completamente diferentes y, por lo tanto, dos cargas incompatibles.

Algo así de inestable debía de tener una buena crianza, donde se le enseñara a lidiar cada parte de si. Pero nada resultó cómo se esperaba, una desgracia llevo a que fuera entregada a la realeza. Quienes se vieron obligados a criarla, pero el amor que le tenían no contrarrestaba el temor que les infundía. Resultando en una crianza totalmente desastrosa, donde sus poderes no existían y lo que sucedía en su interior eran cosas que debían de ser ignoradas y silenciadas.

Vivía sus días enjaulada como una bestia, incapaz de prepararse para la carga que demuele sus hombros, y la cual desconoce.

El tiempo corre y la oscuridad se extiende.

Ella, la confirmación de la profecía.

Nuestra salvación pero también la posible destrucción, pues con solo susurro de su parte, todo lo que conocemos se podría ir a la ruina.

¿La esperanza? Él.

Su pareja destinada y el representante de su bondad, el joven bendecido por la luz. La única persona capaz de frenarla, pero un completo desconocido para ella.

La maldad en su interior lo repudia, pero su corazón ruega por su toque.

Ruega por tu alma.

Las enseñanzas que se le dejaron están marcadas en su alma y el recuerdo se encuentra en su cuerpo.

Su interior está ennegrecido y el rayo de luz se encuentra oculto.

Maldito este destino.

Maldito lo que la condena.

Maldita la infección que en ella se fortifica.

Maldita la verdad que nos ocultan.

En realidad, ¿quién está diciendo la verdad?

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