∆×4. ¿lo pensaré?×∆

1K 111 27
                                    

Había pasado ya una semana desde aquel suceso tan extraño, al parecer él ya no invadía mi mente y tampoco sentía su presencia, por lo que supuse que fue solo una alucinación mía, o quizá un sueño demasiado real, pero tampoco quería convencerme del todo de aquella idea, pues aún tengo algunos raspones en mis brazos..

Intentaba dibujarlo, ya había tirado ocho hojas al cesto de basura, pues ninguno de los bocetos que hacía me convencían. Lo recuerdo como alguien egocéntrico, elegante y extraño, ¿cómo dibujar algo así? Me resultaba confuso, sobre todo porque no recordaba del todo la figura de su cuerpo, es decir, ¿era simplemente delgado? ¿algo robusto del pecho? Miraba a la ventana, convencida de que pensar en estas cosas ridículas solo me alejaba del enorme bosque que había allá afuera, y es que desde que entré, no me he podido sacar esos hermosos paisajes de la cabeza.

Ayer unos chicos vinieron a aventar huevos a la fachada de mi casa; claro que mis padres se molestaron, pero son tan distraídos, que no notaron que la guerra era a causa mía, simplemente por leer en las calles de este aburrido pueblo, ¿no tengo derecho a ello? Según el chico idiota de chamarra negra con un corazón; no.

Aventé frustrada mi lápiz en el escritorio, mirando aquél boceto aún sin terminar. Di un largo suspiro y decidí tomar mi mochila para salir al bosque, encontrar un lugar agradable y leer un rato, o escuchar música, no lo sabía, cualquier cosa era mejor que estar aquí aburrida.

Las piedras eran resbalosas por la lluvia de hace unas horas, el pasto tampoco venía a mí favor, pero el paisaje era aún más encantador que la última vez que vine por aquí.

- todos vuelven.

Paré en seco al escuchar ese susurro que apenas y logré entender. Mi corazón se aceleró con temor, de inmediato pensé en el demonio amarillo.

Cualquier persona normal hubiese decidido volver a casa.. ¡y soy una persona normal! La ocasión pasada tuve suerte, pero no me arriesgaría una vez más, así que salí a paso apresurado buscando el camino de regreso a casa, pero el transcurso se me hizo eterno, por momentos juraba estar pérdida, pero siempre encontraba alguna referencia que me hacía dar un suspiro de alivio.

- mi trato es justo y simple.. no pierdes nada - escuché con una voz un poco más intensa y una carcajada burlona.

Tapé mis oídos ya algo nerviosa, deseosa de no volver a ver su rostro jamás, procurando no resbalar con todas las piedras que había en mi camino para llegar a casa lo antes posible, aunque eso tampoco me aseguraba estar a salvo del todo..

- ¡infeliz! - sonó el grito, haciendo eco en todo el bosque, incluso ahuyentando a las aves que había en las copas de los árboles.

Dejé de cubrir mis oídos mirando los enormes árboles que me rodeaban, ya estaba molesta, ya no quería continuar con esto, no quería verlo de nuevo.

- ¡¿por qué a mí?! ¡¿a caso no hay más personas en el pueblo que acepten tu estúpido trato?! - grité con la voz ronca intentando tomar aire.

- ¡ambos sabemos que necesitas mi ayuda! - exclamó burlón.

De pronto sentí un golpe brusco en mi espalda. Me quejé inertemente para luego voltear atrás, mirando una rama bastante gruesa que al parecer, convenientemente, había caído sobre mí.

- no soy idiota, no haré tratos con un demonio.

- ¡entonces sabes que soy poderoso!

De nuevo lo vi frente a mí, con esa enorme sonrisa que expedía peligro y sus ojos hipnotizadores que no te dejaban poner atención a algo más. La criatura se encontraba flotando, parecía ansiosa por escucharme.

- hey, esto se vuelve aburrido, hablo en serio - intenté ocultar mi temor - ¿cada que venga al bosque estarás tú? - cuestioné cruzando ambos brazos.

Bill - no te entiendo, niña ¡puedo darte lo que desees! Solo tendrás que robar unos libros y ya ¡sí eres idiota! - exclamó un poco molesto.

- ¿el trato incluye la destrucción del mundo? - cuestioné sarcástica.

Bill - no le haré nada a tu aburrido mundo, ¿no te das cuenta? ¿por qué interesarme en este aburrido lugar? ¡con esos libros puedo conquistar otros mundos! ¡otras galaxias! - Explicaba entusiasmado moviendo sus brazos con alegría para cada oración que decía - tu mundo es solo un grano de arena insignificante para mí - sonrió.

A decir verdad tenía un buen punto, ¿por qué interesarse en la tierra? Parece un chico de grandes ambiciones.. y algunos de sus favores no me vendrían tan mal..

- destruir otra galaxia ¿afectaría este mundo?

Bill - ¿eres idiota? - tocó mi cabeza como quien toca la puerta - eso sería ridículo.

Bill - la chica parecía más convencida que nunca, en efecto estaba pensando su decisión; miraba el suelo húmedo en silencio pensando qué hacer.

Su ingenuidad no era suficiente, pero me bastaba para convencerla de darme los estúpidos diarios, además, ¿quién dijo que yo respetaría el trato? Claro que quiero este mundo, no me lo perdería por nada, ¡otro a mi colección! Además hay un par de gemelos que me deben algo.

Luego de un largo y aburrido silencio que comenzaba a acabar con mi paciencia, la chica decidió hablar.

- lo pensaré..

Bill - ah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bill - ah...Créeme..Terminarás aceptando la oferta, niña.

Hasta los más "inteligentes" lo hicieron una vez.

Hasta los más "inteligentes" lo hicieron una vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿∆?


TIC TAC girl -×Bill Cipher×-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora