Nadie debería hacer tratos con Bill Cihper.
Esta historia nos sitúa en un recóndito lugar que muy pocos conocen, Gravity Falls, donde ocurrió lo que pocos creían posible. Unos aseguran que fue como el fin del mundo, otros dicen que fue un demonio, p...
Claro que no era una persona normal, a decir verdad, ni siquiera sabía cómo llamarle ¿señor? ¿muchacho? Su vestimenta me decía que era un adulto maduro, pero su rostro me decía que apenas era un chico uno o dos años mayor que yo.
Ahora incluso me entraban ideas locas a la cabeza, no podía evitar tener miedo de que leyera mis pensamientos, aunque sé que eso es totalmente imposible, encontrar a un chico tocando piano en medio del bosque también lo era. Supongo que este pueblo tiene más secretos de los que uno hubiese imaginado, después de todo, luego de haber investigado mucho, no hay nada de información sobre este lugar, en realidad nadie sabe de su existencia, solo los que vivimos aquí, o los turistas que de vez en cuando pasan a visitar la cabaña del misterio..
- disculpe.. - hice una pausa para preguntarme cómo debería referirme hacia él - señor.. - cité confundida - ¿llegar tarde?..
- ¡vamos! - exclamó con gran entusiasmo - no es necesario que me llames así. Soy Bill Cipher - aclaró en tono pícaro con una sonrisa que no expulsaba ni un gramo de confianza - Solo dime Bill - extendió sus brazos como si estuviese presentando a una de las maravillas del mundo.
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Evitó mi pregunta ¿alguien más lo notó?..
Dejé un pequeño espacio en blanco entre mi confusión y los tenues sonidos del bosque, las aves que cantaban a lo lejos y las hojas de los árboles chocando por el viento. Dándome cuenta de que lo único que nos acompañaba era un paisaje verde iluminado más bien de manera tenebrosa a pesar de no ser tan tarde.
- de acuerdo, Bill - bufé ya algo cansada de este teatro tan ridículo, incluso llegando a pensar que era alguna broma por parte de alguien en el pueblo - entonces ¿para qué esperabas mi presencia?
Bill - una chica dura - no dejaba su tono "conquistador" a un lado - en realidad solo quiero ayudarte. He notado que no todos te tratan bien por aquí.
- oh, mi héroe - dije sin emoción y con el sarcasmo desbordándose por mis labios - ¿piensas raptarme? Incluso eso sería más divertido que esta conversación - finalicé cruzando ambos brazos.
Bill - ¡oh, cariño! - exclamó con la voz en alto y, cuando menos lo noté, estaba detrás de mí...
¡¿está volando?!
Cuando me di cuenta del acto paranormal me alejé de inmediato para verlo nuevamente frente a frente, aún sin poder creer que sus pies no tocaban el suelo ni un poco. Mis piernas empezaron a temblar mientras mi mente se seguía preguntando cómo es que podía hacer eso. La lección que aprendí es que ni leer cien libros sobre fantasía te preparan para algo tan "simple" como esto.
- c-cómo.. - balbuceé confundida y aún algo asustada.
Bill - ¡es solo un truco viejo! - exclamó - Como te decía.. puedo ayudarte a dejar tu patética vida a un lado, ¿a caso no quieres divertirte? Ambos sabemos que ya no deseas la monotonía - miró victorioso su mano derecha, de la cual salió una llama de fuego azul que definitivamente era más grande que su mano.
