Capítulo 3

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Llegó a su casa sumamente cansada y dispuesta a dormir, cuando vio algo que no pudo creer. Todas las luces de la gran mansión estaban encendidas y la puerta principal yacía abierta.

- ¡Esto no puede estar pasando! - gritó en cuanto vio a varios hombres sacando los muebles del lugar. - ¿Qué les pasa? ¡Suelten nuestras cosas!

- Me temo que eso es imposible. Tenemos una orden de embargar esta casa. - le respondió un hombre que no cargaba los muebles, sólo revisaba una lista.

- ¿Qué? Pero... ¿A dónde voy a ir yo?

- ¿Crees que nos importa? - le contestó. - De todos modos, esta noche aún puedes dormir aquí, ya que no acabaremos de sacarlo todo. Pero para mañana deberás irte.

- ¡Agh! Son unos ineptos... ¡Ya verán! - dijo enojada a la par que entraba como rayo a la mansión.

Corrió hasta su habitación y se lanzó a su amplia cama para rápidamente sacar su teléfono celular y marcar un número que sabía de memoria.

- ¡Papá! - exclamó cuando una voz le contestó del otro lado de la línea.

- ¿Mimi? ¿Por qué llamas a esta hora? ¿Sucedió algo? - preguntó preocupado el señor Tachikawa.

- ¡Unos idiotas están sacando los muebles de la casa! Dicen que la van a embargar y que mañana mismo debo irme.

- Oh... no pensé que lo harían tan pronto.

- ¿Qué? ¿Tú sabías de esto? - preguntó con algo de coraje e impotencia. Había sido un día horrible y ya no aguantaba las lágrimas.

- Lo siento, hija... pero en verdad estamos en la ruina.

- Papá... por favor vuelve. - susurró sollozando. - Yo... yo no puedo sola.

Hubo un prolongado silencio por parte de ambos.

- Aguanta un poco más, cariño. - la consoló. -Yo no puedo volver en estos momentos, necesito conseguir dinero.

- ¿Entonces qué esperas que yo haga? - gritó con desesperación liberando su llanto.

- Calma, princesa. - hizo una pausa. - Anota este número.

- Papá... - se quejó.

- Sólo deberás quedarte un mes o dos con esta persona... estoy seguro de que aceptará recibirte.

Mimi no estaba nada convencida, pero la verdad no tenía otra opción. De su bolso sacó una libreta rosa y una pluma del mismo color, dispuesta a anotar el teléfono.

- ¿Quién es? Dame el número. - dijo con resignación, limpiándose las lágrimas con su mano libre.

- Lo recuerdas, ¿no es así? - hizo una pausa. -Su nombre es Joe Kido.

- Joe Kido... - susurró Mimi repitiendo las palabras de su papá a la vez que anotaba el nombre del susodicho.

Pero de pronto ese nombre resonó en su cabeza y la hizo reaccionar.

- ¿Joe Kido? Papá, ¿hablas enserio? ¿Te quedaste sin amigos? - exclamó comenzando a desesperarse. - ¿Es la única persona que se te pudo ocurrir? ¿En verdad quieres que vaya con ese sujeto?

- Hey... Mimi...

- ¡NO! Ni lo pienses.

- Por favor... ahórrame esta preocupación.

- Si en verdad te preocuparas por mí, ¡me habrías llevado contigo!

- Sabes que me es imposible tenerte aquí...

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⏰ Last updated: Aug 30, 2017 ⏰

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Dream High  (AU)Where stories live. Discover now