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-Oh, no, ya veo por dónde va esto. -Shibe bajó la mirada a sus piernas, luego de un rato cerró sus ojos y se dedicó a acariciar las manos de Hus. Sintió un impulso que lo atormentaba desde que tocó a su amigo, pero ahora sólo creía que eran ganas de llorar, él era muy sensible.

-¿Quieres que deje de--

-No, no, sigue contando. Te dije que quiero saberlo todo. - Y así poder decir que soy el canino más cercano a ti.

-Bien.


El hombre tomó unas pieles y se las puso encima, mientras buscando un camino por el bosque empezó a buscar la carretera.

Pero era imposible. Las tormentas aquí eran las peores. 

El perro y su dueño se dedicaban miradas a cada momento, el perro con fe y el hombre con pocas esperanzas.

Llevaban así un buen rato, hasta que el hombre sintió que estaba delirando y que en vez de sentir frío el calor reinaba en su cuerpo. Empezó a ver cosas no estaban ahí, y el can empezó a sospechar del estado de su amigo.

-Ahí, ¡AHÍ! VEO LA CARRETERA HUS, LA VEO, VAMOS. -Corrió con su poca fuerza hacia el supuesto lugar donde estaba la carretera. Hus lo siguió ladrándole a más no poder.

Estéban estaba corriendo prácticamente hacia la nada.

La fiebre le estaba afectando mucho, ya no había salvación y Hus lo sabía, pero no podría dejar a su dueño por nada del mundo.

-Aquí, Hus, Ven aquí. -Estéban se sentó, atrajo a su perro e hizo que hiciera lo mismo a su lado. -Un auto nos verá, nos verá, sí, entonces, Hus, entonces nosotros seremos salvados, sanos y salvos. Tú y yo, Hus, tú y yo. -Dijo rápido, casi inentendible, repitiendo 'Tú y yo' miles de veces más mientras sobaba sus manos y luego con ellas sus brazos, repitiendo el proceso hasta que su cabeza y cuerpo le dolían tanto que sólo se dejó caer acostado al suelo, viendo a su perro a los ojos. -Oh Hus, que bellos ojos, siempre los amé, demuestran seguridad y fortaleza, dignos de un cazador. -Tomó una de las pieles que se traía en sus hombros y la puso sobre ellos como si de una comoda manta se tratase. -Siempre estuve orgulloso de tener un perro y amigo como tú, espero que tú también hayas estado orgulloso de tenerme como dueño.

Y su perro lo miró y no supo qué más hacer, sabía que su dueño estaba muriendo. Lo sabía, él no sería el primer hombre en morir de esa forma allí ni sería el último. Quería hacer algo para ayudarlo, pero no podía. él mismo estaba perdiendo las fuerzas y la orientación a si que lo único que podía hacer por él era quedarse a su lado hasta el final. 

-Moriré, lamento haberte arrastrado conmigo a este final. Pero permíteme regalarte mis últimas palabras. Hus, de todas las razas en el mundo, animales, gente y todas las opciones existentes; eres el mejor amigo que yo podría haber deseado.

Estéban cerró los ojos, y ya no los abrió. 

Hus lo vio, y la barba castaña del hombre debajo de esa congelada sonrisa de su dueño fue lo último que sus ojos vieron antes de hacer lo mismo que el hombre a su lado.


-Y entonces aparecí cerca de los cerezos. En el cielo de los perros. -Terminó su historia. Vio a su amigo frente suyo. Observó que el rubio no levantaba la mirada y encogía los hombros tiritando un poco. -¿Shibe, ocurre algo?

Y vio caer una lágrima, y se sorprendió cuando vio los ojos cristalinos de su amigo viéndolo casi al borde del llanto.

-Shibe, ¿Por qué estás...?

-P-porque es una historia mu-muy triste y-y tú no estás ll-ll-llorando, a si que yo l-lo estoy haciendo po-por ti. -Dijo intentando no romperse llorar mientras lo hacía, pero al terminar no pudo evitarlo y empezó a sollozar y a hipear. 

-Ay Shibe -El de ojos azules no sintió más que ternura al escuchar lo que había dicho su amigo. Haber contado todo no le dolía, ya había estado superado. Atrajo a su amigo a un abrazo y el rubio lo abrazó con aún más fuerza, tirándose casi encima de Hus, quedando los dos en una sola silla. -No llores Shibe, ya pasó.

Y shibe no respondió, siendo abrazado de tal forma, tan apegado al cuerpo del contrario, simplemente no pudo evitar besar la mejilla del Husky.

Hus interpretó esto como una manera de reconfortarle por un dolor inexistente, pero sin saber exactamente porqué también tomó esto como una manera de hacerle saber que no estaba mal tomar el rostro del Shiba inu entre sus manos y mirarlo a la cara. Observar aquellas mejillas rojas por el llanto y vergüenza, el rubio tenía sus pestañas pegadas por las lágrimas y sus ojos caramelo tenían mucho brillo. Todo le parecía tan lindo y el otro parecía mirarlo con tanto cariño que no vio problema en hacer lo que hizo.

Hus acercó más su rostro al de Shibe hasta que sus labios estaban conectados, formando así un tierno y de lo más inocente beso.




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Para mi 'actualizo mañana' es 'actualizo en tres meses' ggg

¿Orden O...?Where stories live. Discover now