Episodio 10: ¡Nos vamos de viaje! La reunión de los Profesores

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Clavis, tirado en el suelo, semi inconsciente y con bastantes heridas; Solia, por otro lado, sentada en un bloque de hormigón, fatigada y con la mirada perdida. Sus Pokémon en las Pokéball, temblando de miedo...

Ese es el escenario que dejó tras de sí la cruenta batalla entre los dos jóvenes y Matís, el traidor que les intentó destruír sin piedad alguna, el mismo Matís que en un pasado se presentó como un compañero, como un mentor, como un amigo.

Ninguno decía nada, el silencio reinaba en el semidestruído edificio donde se libró semejante disputa. Habían pasado tres horas desde lo acaecido anteriormente, y ambos seguían en la misma posición, inamovibles y calmados, como si de dos cuerpos inertes se tratasen. A lo lejos, una luz se acercaba rauda, se trataban de la Agente Mara, Encina y Bel, acompañadas por Lucho. Sus caras de horror eran reflejo de lo que su imaginación creía, una derrota, pero no por haber perdido la batalla, sino por haberse enfrentado al que ellos consideraban parte importante en sus vidas.

Poco a poco, los cuatro se llevaron a los chicos al Centro Pokémon de Pueblo Ocre, donde los tumbaron en unas camas y los dejaron descansar. Por parte de la enfermera Joy, el terror no hacía mas que aumentar, los Pokémon de los chicos estaban tan agotados que parecía que iban a morir de un momento a otro: Tepig estaba agotada por el esfuerzo espiritual que conllevó verse afectada por el poder de la Ultraenergía, así denominado por Encina el poder que tanto Clavis como Solia extrajeron de sus cuerpos, igual que Purrloin, el cual también se vió algo afectado, pero el peor era Snivy, no solo había sido afectado, si no que había usado poderes de una magnitud enorme, y su cuerpo casi no respondía al tratamiento impartido por Joy, la cual estaba dando su 110% para que los Pokémon de los entrenadores saliesen bien parados.

Mientras todo eso sucedía, Encina, Bel y Lucho se habían reunido de urgencia con el Profesor Kukui, de la región de Alola, mediante una videoconferencia en una sala de juntas improvisada en uno de los salones del Centro Pokémon

- Gracias por la rápida respuesta Profesor Kukui, me presentaré, mi nombre es Aurea Encina, soy la Profesora Pokémon de la región de Teselia, junto a mi están mi ayudante Bel y el Campeón de Teselia, Lucho. Necesitamos hablar con usted sobre los Ultraentes

- ¿Ultraentes? Claro, os ayudaré primos, ¿que es lo que pasa con ellos?

- Verás - prosiguió Encina - parece ser que dos de mis más jóvenes entrenadores encargados del análisis de la Pokédex albergan en su cuerpo energía de Ultraente, y queríamos saber si vosotros en Alola tuvisteis casos similares

- ¿Como? ¿Humanos con poderes de Ultraentes? Nunca hemos visto nada parecido, si que hubo gente que atravesó Ultraumbrales, a los cuales les llamamos Ultranseúntes, pero energía Ultra en un humano... No, eso jamás - aclaró Kukui

- Pues vaya lata... - se quejó lastimeramente Bel

- Lo que si podríamos hacer es una cosa - dijo Kukui - enviadme a esos chicos y a sus Pokémon a la región de Alola. Aquí podré estudiar eses poderes en profundidad. Recurriré a un amigo que tiene un estrecho lazo de conexión a los Ultraentes y dispone de tecnología suficiente como para averiguar mas sobre esto

- Está bien, haremos como sea pero te los enviaremos a Alola - dijo Encina

- ¡Genial prima! Enviaré a alguien de mi mas absoluta confianza a recogerlos, mañana estará allí. Ten a los niños preparados por que les espera un viaje largo

- Así se hará, gracias Kukui - contestó Encina, a lo que acto seguido cortó la llamada

- Espera un momento Aurea, Clavis y Solia están embarcados en una aventura por Teselia, ganando medallas y conquistando gimnasio tras gimnasio, ¿como vamos a permitir que su aventura sea asi interrumpida de la nada? - reclamó Bel

- Cierto es - profirió Lucho - que están haciendo el viaje por Teselia, pero si lo mejor para ellos es irse a Alola y recuperar allí no solo sus fuerzas, si no que también su confianza, así haremos. Deja que yo me encargue de los billetes de avión Aurea, Bel, informa a las familias de los chicos, pero se suave. Por tu parte, Profesora, mentalízalos para lo que se les viene encima, que no es poca cosa. Mañana los chicos se van lejos, así que será mejor que empecemos cuanto antes.

- Si, vamos, no hay tiempo que perder - exclamó Encina

Mientras tanto, Clavis y Solia habían escuchado la conversación, algo recuperados del shock emocional, empezaron a debatir sobre lo que les venía encima

- Alola... Es un sitio lejano... Voy a echar de menos Teselia, pero, si es por nuestro bien, pienso ir. La pregunta es ¿me acompañarás, Clavis? - preguntó una nerviosa Solia

- No es que me haga mucha ilusión, ya que aquí se nos quedan muchas cosas inacabadas, pero si es lo mejor para nosotros, si, me apunto - dijo un Clavis con una sonrisa algo forzada

- ¡De acuerdo! ¡¡¡Nos vamos!!! - gritó Solia

Tras la puerta de la habitación, una sonriente Encina sabía que ya no tenía que hablar con los chicos, ellos mismos habían tomado la decisión de seguir adelante pasara lo que pasase

Al día siguiente, Clavis y Solia tenían las maletas hechas, sus familias estaban allí para despedirlos, a sabiendas de todo lo anteriormente ocurrido, y dispuestos a dejar que sus retoños se hiciesen mayores sin temor a que les pasase algo malo.

Al poco tiempo apareció una joven de la misma edad que los chicos, una chica rubia de ojos verdes, vestida con una camiseta ajustada de color blanco y unos pantalones vaqueros rosa, con botas de talle alto color marrón  y una bandolera a juego con los pantalones.

Solia ya se había enamorado de su estilo de peinado, el cual era un cabello largo que le llegaba a media espalda y un flequillo liso peinado hacia la derecha.

Por otro lado, Clavis no pudo evitar fijarse en una pulsera y un collar que llevaba la chica, en la pulsera portaba un cristal de color azul claro, como si de hielo estuviese hecho, con un copo de nieve dibujado en su centro. A su vez, el collar portaba una esfera parecida a una canica, la cual era de color claro y en el centro una espiral entrelazada de colores verde y rojo. Ambas cosas llamaron su atención

- Bueno, ¿donde están los chicos que debo llevar conmigo? El avión sale en 10 minutos - dijo la chica

- Ah, gracias por venir Lillie, te confiamos a los chicos y sus Pokémon, mucha suerte en vuestro viaje - dijo Encina

- Tranquila, estarán a buen recaudo conmigo. Bien... ¿Nos vamos chicos? - preguntó Lillie a los entrenadores

Tras hacer acopio de sus Pokémon y sus cosas ambos entrenadores contestaron ilusionados - ¡Si, nos vamos a Alola!

Tras la breve despedida, los tres ponen rumbo a Alola, sin saber que alguien mas les pisaba los talones

¿Que sucederá en el siguiente episodio? Lo vereis muy pronto...

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Sorpresa! Los chicos se van a Alola! Tomad giro de argumento, esto engancha jajaja

Pronto vereis porque todo esta sucediendo como sucede...

Un saludo del autor

Fran Senra

Pokémon Blanco y Negro 3: El resurgir del Dragón OriginalWhere stories live. Discover now