Te vi, te miré y te juro que no me quedaron ganas de mirar a nadie más... O eso pensaba. Tan solo una frase bonita que pasa por nuestra mente cuando la dulce sensación de la droga llamada amor inunda nuestras venas. Y dará igual el tiempo que pase, estamos perdidamente adictos a ella. Porque es la única que destroza sin dejar daños físicos, la única que jamás se va del organismo, la única que no puedes superar. No hay cura para esta enfermedad y hasta los más fríos de corazón arden en llamas cuando los alcanza. Nadie está a salvo y, amor mío, no somos una excepción. Caímos en la trampa del peor juego, volviéndonos adictos a perder. Porque las reconciliaciones eran más adictivas aún. Revolcarme entre tus brazos dejando que mi piel se empañe en tu perfume era mejor que un despertar en una cama fría sin ti. Por eso será que no me quedaron ganas de mirar a nadie más, ni de oler, ni de acariciar, ni de besar, ni de amar. Y, sí, habrá otras drogas en este mundo. Pero, haciendo alusión a esa película que yo amaba y que no te gustaba pero que cedías a verla solo por los besos entre las propagandas, eres exactamente mi marca de heroína.
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Frases de amor y olvido
De TodoEl amor, ese sentimientos que llega cuando menos te lo esperas, cuando piensas que no estás hecho para él, cuando lo ves como algo ridículo o raro y ajeno a ti. Incluso cuando te rindes porque te han roto tantas veces el corazón o te han hecho tanto...