:re 🚬 Haise/Kaneki

༺ Thirty-nine ༻

Tn se encontraba en su habitación, leyendo. Crawler entró, llamando su atención.

– Necesito hablar contigo.

– ¿Qué sucede? –lo miró mientras levantaba una ceja.

– Lo de ésta noche...no quiero que lo hagas.

– ¿Qué?

– Te dije que no hagas tonterías, que no corras riesgos estúpidos por tu venganza o podrías perder a tu bebé, ¿Cierto?

– Sí, ¿Y?

– ¿Y entonces por qué demonios planeas irte con tu grupito de la superficie para buscar a Furuta?

– ...Crawler, no estás obligado a nada. Si no quieres participar de esto entonces bien, no me importa, pero yo si iré.

– No puedes. Si sales le diré a Kaneki para que te ponga vigilancia.

– Déjame en paz y métete en tus cosas.

– Sólo quiero protegerte, Tn; a ti y al bebé.

– Y yo quiero vengar a mi "hermana".

– No. Déjate de tonterías y quédate aquí, no hagas más tonterías.

– ¿O qué? –retó.

– Tn, maldita sea –la tomó de los hombros.– Prométeme que no irás a ningún lado hoy...por el bebé al menos.

– ... –suspiró.– Bien –accedió.– Me quedaré aquí.

– Más te vale –la soltó.– Sabes que no me opondría sino fuera por el bebé.

– Ya lo sé. Tch.

– Te traeré un café, para compensar.

– Gracias –sonrió.

[Noche]

Tn salió del Distrito 24 a escondidas, mientras todos dormían.
Crawler la había visto, así que decidió seguirla por curiosidad.

La pelinegra se adentró en aquel bar donde se reunió con su amiga, Haxa, y el esposo de ésta, Demian. Los tres caminaron hasta un edificio abandonado, allí dentro los esperaba un grupo de ghouls.

Crawler se acercó con sigilo y se escondió bajo la ventana, para poder oír bien.

– Bien chicos –habló Haxa.– Nuestro enemigo es el Director en Jefe del CCG.

– Sé que no tuvimos mucho tiempo para prepararnos, pero demos nuestro mejor esfuerzo –habló Tn.– Es posible que el Oggai aparezca, y si es así...matenlos a todos. Del Director en Jefe me encargaré yo.

Tras prepararse, todos salieron en silencio, con sigilo. Acorralaron a Furuta en un lugar desierto, iba solo. Lo rodearon, y de la multitud salió Tn.

– Ah, pero si es la señorita Shimura –sonrió.

– Al fin te tengo, maldito payaso.

– ¿Ah? –ladeó la cabeza.– ¿Aún estás molesta porque maté a tu "hermana"? –rió.– Realmente estaba loca. Sabes, le hice un paté con el señor Shiono y...se lo comió –contó divertido.– Bastante loca. Y tú de seguro estás igual de loca, ¿No?

– ¡Cierra la boca! –gritó.– No vine para hablar contigo.

– Oh, creí que querías saber como asesiné a la señorita Takatsuki –dijo en tono burlón.

– ¡No la menciones! –gritó, furiosa.– ¡No tienes derecho de hablar de ella, maldito payaso!

– ¿Por qué ese mal humor? –rió.– ¿Tanto te afecta volver a las alcantarillas? Pero si tú perteneces allí, al subterráneo...igual que ella. Ambas son ratas de alcantarilla.