:re 🚬 Haise/Kaneki

༺ Twenty-seven ༻

Tn reía mientras Kaneki la miraba serio y con un leve sonrojo.

– ¿Un karaoke? ¿En serio?

– S-Sí.

– Tendrías que haberme llevado, para probar que tan mal cantante eres –bromeó entre risas.

– Tn...

– Lo siento –se disculpó parando de reír.– Es que... –rió.– Lo siento. Ya. Olvídalo.

– Eres mala –rió y le entregó una tarjeta. Ella la tomó.– Llegó a nosotros por Nico.

– ¿Nico? ¿Ese payaso? –preguntó sorprendida y miró la tarjeta.– "Acto Gran Rueda" –leyó.– Es un nombre extraño.

– Lo sé. Y Ogura estaba detrás de eso.

– ¿Y dices qué quién creó la organización fue la novia de Nishio?

– Eso parece.

– Ya veo... –suspiró y dejó la tarjeta sobre un mueble.– ¿Qué te dijo?

– Que pueden operar a Akira si conseguimos la droga supresora de RC. Por lo que vamos a tener que infiltrarnos en el laboratorio de Kanou.

– Entiendo. ¿Iré contigo o me dejarás encerrada en casa de nuevo?

– ...Iremos a ver cómo va Tsukiyama con los trajes y luego repartiré los grupos.

– Eso suena como lo segundo –murmuró.

– ¿Qué? –la miró.

– Nada –sonrió falsamente.

Kaneki suspiró y tomó la mano de su novia, depositando un dulce beso en sus labios.
Ambos salieron de casa, yendo a donde Tsukiyama confeccionaba los trajes blancos. Allí, el albino repartió los grupos para la misión.

– Los infiltrados al lab seremos unos pocos, gente resistente –dijo el del parche.– Ayato.

– ¿Por qué siempre me nombras primero? Geez.

– Nishio.

– ¿Yo? Bien, anótame en el trabajo de mierda.

– Kuro.

– Mm.

– Crawler.

– Ok.

– ...Y Tn.

– Más te valía –rió.

– Tsukiyama tomará el liderazgo de los grupos con traje.

– Oui, mi Rey.

– Irimi, Miza y Hinami los apoyarán.

– Entendido.

Alguien entró llamando la atención de todos, era Seido, conocido en Aogiri como Owl; éste dijo a Kaneki que podría ayudarlo en el lab pues conocía el aroma de la droga RC, por lo que éste aceptó, enviando a Nishio con los trajes y preguntando a Seido como debería llamarlo, él dijo que no importaba. Kaneki indicó a Koma que debía cuidar el fuerte, y a Touka y Yomo que mantuviesen contacto con todos.

– ¿Podríamos hablar cuando vuelvas? –pidió la peliazul.

– Seguro.

Tn miró su celular, revisando la hora.

– ¿Es todo? –preguntó a su novio.

– Por ahora, sí.

– Discúlpame entonces.

Kaneki levantó una ceja, sin entender a qué se refería su novia, hasta que la vio caminar y salir de aquel lugar sin decir nada más. Crawler y Ayato salieron tras ella. Kaneki quedó confuso, mirando hacia la puerta.


En una plaza, sentada en un columpio, estaba Tn. Sus dos amigos estaban frente a ella, de pie.