3. La belleza de una manzana

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Resumen #2: Dean llama a Castiel para preguntarle si podría estar dispuesto a cuidar de su hija, a lo que Castiel responde que sí. Ambos se ponen de acuerdo para verse en la mañana en el departamento de Dean. Esa misma noche Dean le cuenta a su hija el cuento del cazador Dean y el ángel Castiel. A la mañana siguiente Dean le hace un par de preguntas a Castiel, y tras presenciar una tierna escena entre su hija y Castiel, decide contratarlo.

PD: Las faltas de ortografía escritas en cursiva son intencionales XD.

Desde el terrible incidente de la niñera satánica y su hija sus mañanas no volvieron a ser iguales. La ansiedad se colgaba de él como si de un collar se tratase, metiéndole en la cabeza miles de pensamientos negativos relacionados directamente con su hija y su nuevo cuidador.

¿Y si solo se hace el lindo para convencerme? ¿Y si se lleva a Charlie?
¿Y si...?

"Y si..., y si..., y si...". Por ese mismo motivo su rutina pre-trabajo se había visto alterada, porque ni siquiera podía abrocharse los botones de la camisa sin hacer movimientos torpes antes. Charlie lo observaba con la cabeza ladeada, mirando luego a sus manos en su camisa. Su hija estaba odiando a esos botones por hacer que su padre estuviera tan complicado al lidiar con ellos. A punto de preguntarle el porqué era tan difícil tratar con unos botones tan pequeños, el timbre de la entrada se hizo escuchar. Charlie se levantó de un salto.

—¡Yo voy! —dijo con entusiasmo, corriendo hacia la puerta.

—¡Pregunta quién es! —le advirtió su padre, aún paranoico.

Ya en la puerta, la niña apegó su oído a la madera, pero nada se escuchó desde el otro lado. En esa misma posición, gritó:

—¿Quién es?

¡Hola Charlie! Soy Castiel.

La niña ahogó un grito tapándose la boca con ambas manos, porque había escuchado su nombre perfectamente y estaba segura que lo conocía del cuento que su padre le había contado la última noche.

—¿Quién es, Charlie? —se escuchó desde la habitación de Dean, quien ahora lidiaba con su corbata.

—¡Es el ángel del cuento! ¡El ángel Castiel! ¡El que te salvó de la perdición! —respondió ella gritando de emoción y corriendo de vuelta hacia la puerta para abrirla. Su sorpresa fue aún mayor cuando del otro lado se encontró con su salvador— ¿Tú eres el ángel de mi papi?

Castiel frunció el ceño épicamente antes de reaccionar.

—¿El qué?

—El nada —secundó la voz de Dean desde el fondo, aproximándose luego hasta ellos—. Es un gusto verte, Castiel.

—Lo mismo digo, Dean.

—¡Y yo también! —intervino la pequeña dando saltitos— Es un gusto conocer al ángel de mi papi.

Dean dejó salir varias carcajadas forzadas mientras tomaba a su hija por los hombros para sacarla de ahí, aún con la confusa mirada del nuevo niñero sobre él. Los vio desaparecer por un pasillo, segundos después, Dean volvió con una corbata desarmada alrededor de su cuello, sonriéndole a Castiel con la inocencia que no tenía.

—Niños... —dijo como si nada, rascando nerviosamente su nuca—. Por favor, ponte cómodo.

Castiel caminó hasta la sala con Dean siguiéndole el paso. Ambos se sentaron paralelo al otro como debía ser, aunque eso no duró mucho, pues Dean seguía luchando el nudo insufrible de su corbata y era difícil que Castiel no se percatara de ello, por eso, se dirigió con pasos lentos hasta Dean.

Babysitter ❴DESTIEL❵Where stories live. Discover now