Capítulo 1

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CAPÍTULO 1

¿Y ahora qué? se preguntó. Si Patch hubiera estado más pendiente de ella, Rixon no lo hubiera hecho. No volvería a confiar en nadie. Pero, ¿para qué vivir si aquello por lo que vives ya no contiene una llama? Sin ella nada tiene sentido. Pensaba que después de vivir tantos años, el dolor de una pérdida ya era algo que el tiempo parecía haberle perdonado. Estaba fatalmente equivocado. Nora era algo más que un amor pasajero. Un lazo más fuerte los unía.

   El cuerpo de Scott yacía al lado de Patch pero, él no tenía ojos para nadie más. Scott debería de haber recibido el balazo en el pecho, no Nora.

   Cuando Patch había llegado, no había nadie. Solo estaban ellos dos. Se quedó plantado al verla tendida en el suelo, reaccionó y corrió hacia ella. Intentó buscar su pulso pero era inevitable, ya llevarían allí un cuarto de hora y nada se podía hacer. Scott había perdido la consciencia y Nora se llevó la peor parte. Su blusa estaba tintada de color granate y su piel estaba ya muy fría.

   Patch la tumbó encima de sus rodillas, la rodeó entre sus brazos y acarició los rizos de su pelo enmarañado, tal y como solía hacer. Sintió un fuerte ardor en el pecho que le iba consumiendo poco a poco y un nudo en la garganta fuertemente atado. Se le nubló la vista. Parpadeó unas cuantas veces y una delicada lágrima cayó encima del rostro pálido de Nora. Era imposible. Ni los ángeles guardianes, ni los ángeles caídos, ni ningún tipo de ángel, tenía sentimientos. Otra lágrima cayó y Patch se llevó las manos a la cabeza y gritó. Gritó hasta que los pulmones se quedaron sin oxígeno. Siguió acariciándole el cabello y comenzó a sollozar.

   Sintió tristeza, agonía, enfado, rabia y una sed de venganza que no se saciaría hasta que Rixon cayera muerto a sus pies.

   Si ahora podía sentir significaba que los arcángeles lo habían convertido en un humano. Pero nada venía sin ningún precio y, el precio por ser humano era Nora. Él no quería que nada de esto sucediese. Quería volver al pasado cuando montaron por primera vez en el "Arcángel", a las clases de biología, cuando Nora jugaba al billar con él, cualquier momento excepto este.

-Lo siento. Lo siento mucho, Nora- dijo mientras las lágrimas surcaban su rostro.

   Le volvió a acariciar el pelo y acercó sus labios a su oído.

-Duerme bien,  Ángel - susurró con un nudo en la garganta.

Él esperó a su respuesta, en vano.

-Duerme bien, Ángel - repitió. - ¿Ángel?  Eres mía,  Ángel. ¿Recuerdas? No me puedes dejar. Quiero estar contigo. No me dejes. Espérame. ¿Ángel?

   Siguió sollozando y la besó en la frente.

-Eres mía, Ángel, y nunca me dejarás. Espérame, por favor. Espérame unos años y me reuniré contigo. Da igual dónde estés. Cruzaré el infierno solo para encontrarte. Cruzaré el cielo solo para besarte una última vez. No te dejaré ir, Ángel. ¿Me escuchas? - dijo con un hilo de voz - ¿ME ESCUCHAS? - gritó esta vez.

   Nunca en la historia de Patch Cipriano había presenciado algo así, tan devastador. Su esbelta figura seguía intacta pero por dentro estaba calcinado, consumido hasta la médula.

   La cogió en brazos, aferrándose a ella como su única esperanza y la llevó a casa. Le cambió la ropa ensangrentada por un pijama y la metió en la cama. No era capaz de aceptar su muerte y nunca lo sería. Él todavía la sentía viva.《No puede estar muerta, simplemente no puede》se dijo a sí mismo. Se acostó a su lado y la meció.

-Duerme bien, Ángel - decía repetidamente, esperando una respuesta que nunca llegaría.

Duerme bien, Ángel - Hush Hush Fan FictionWhere stories live. Discover now