Capítulo 5

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Para todos mis pacientes lectores.

*Bip*Bip*Bip*Bip*Bip*Bip*

     Un pitido que no cesaba... Entreabrió los ojos lentamente, acostumbrándose a la luz blanca y cegadora. Se incorporó poco a poco en lo que parecía una camilla azul. Se colocó el cojín de manera que las barras de la cama no se le clavaran en la médula espinal, o al menos lo intentó. Se había sentado en rocas más blandas.

     Tardó al menos cinco minutos en poder distinguir las formas de lo que parecía la habitación de un hospital. Era un cuarto un tanto austero: paredes azul pálido, una ventana con barrotes blancos, un jarrón con diversas flores marchitas de colores chillones sobre una mesita de lo que parecía madera sintética, una televisión que parecía de hacía veinte años en una tarima en la esquina superior de la estancia y aparatejos alrededor de su cama enfermiza de los que ni sabía sus nombres. <<Acogedor>> pensó.

     No tenía la energía suficiente para levantarse, sentía todo su cuerpo entumecido. La puerta se abrió y apareció un hombre alto y con unos cuarenta muy bien llevados. 

- Buenos días, dormilón - dijo con una sonrisa perfecta, enseñando sus dientes impecables. - ¿Cómo nos encontramos?

- Siento mi cuerpo adormecido, me pesan hasta los párpados... 

-No te preocupes, es normal después de una semana en coma.

-¿Qué? - Llevaba una semana en coma. Parecían horas. Se sentía más desconcertado de lo que ya estaba.

-Que descortés por mi parte, lo siento. Soy el Dr. Gorgo, pero puedes llamarme Carl. - El tipo era bastante atractivo: ojos azul cristalino, cabello oscuro meticulosamente peinado hacia atrás, mandíbula definida adornada con una barba de tres días, una nariz ni muy puntiaguda ni muy achatada... Parecía sacado de un anuncio de calzoncillos de marca, con la única excepción de sus patas de gallo apenas notables.

-¿Llevo durmiendo toda una semana? - Todavía no se lo creía.

-Bueno, estos dos últimos días te has estado despertando bastante a menudo, solo que no respondías a ningún estímulo. Lo habitual es que no te acuerdes de esos momentos. Me alegro que ya hayas recuperado la conciencia, no sabíamos si ibas a permanecer en un estado vegetativo.

     Él pensaba que alguien se despertaba del coma de manera repentina, como en las pelí-

-En realidad no es como en las películas, siento desilusionarte. - dijo con una sonrisilla picarona - Es una pregunta muy frecuente. ¿Recuerdas lo que pasó antes de que perdieras el conocimiento?

-Lo único que recuerdo es el dolor punzante en la nuca. - dijo cortante - Creo que me dieron con una barra metálica. - Claro que recordaba los sucesos. Nítidamente, además. Sin embargo no quería que nadie lo supiera. La culpa le corroía por dentro. Recordaba a Rixon con la barra en las manos, recordaba sentir el desgarro de su piel con cada corte hecho por aquel bastardo, recordaba oír sus pasos corriendo hacia Nora para intentar interceptar la bala con su cuerpo, recordaba la sombra que sostuvo la pistola que la mató pero no recordaba su rostro.

     Un golpe ensordecedor sonó por toda la habitación al abrirse la puerta repentinamente. Era una mujer con las lágrimas a punto de brote y lozanas flores en mano.

-¡SCOTTIE! - exclamó y se lanzó sobre él, ahogándolo a besos.

-Mamá, no me llames así...

Duerme bien, Ángel - Hush Hush Fan FictionWhere stories live. Discover now