Duerme bien, Ángel - Hush Hush Fan Fiction

Capítulo 7

  Después de indagar un poco en el Arcade de Bo, Scott averiguó el nuevo domicilio de Patch. Vivía en un edificio viejo justo al lado de la Biblioteca Central de Coldwater. Desde fuera tenía un aspecto decadente: la fachada era de un verde sucio con parches de cemento por todos lados y las ventanas parecían medio despegadas del muro e incluso había alguna rota. Al acercarse al portal  hizo amago de llamar al timbre pero... ¡sorpresa! No había.

     Después de subir aquellas estrechas escaleras, llegó al quinto y último piso. Solo había un número en aquel rellano, así que probó suerte. No encontró campanilla alguna, para su sorpresa, con lo cual golpeó la puerta.

     Silencio.

     Volvió a llamar pero está vez mucho más fuerte y con insistencia.

     Más silencio.

-Oye, Cipriano, sé que estás ahí dentro. Por favor, abre. Soy Scott. - Empezó a escuchar ruidos procedentes del interior.

-¿Qué cojones quieres tú? - respondió desde dentro, con voz ronca.

-Solo quiero hablar...

     No le abrió la puerta, aunque no era de extrañar. Se dio por vencido y justo cuando dio media vuelta para marcharse, oyó un chasquido y el chirriar del oxidado quicio.

-Pasa. - Anunció Patch en un tono cortante.

     Scott no creía lo que veía. El habitáculo era minúsculo. El techo se inclinaba hasta llegar al suelo, ya que vivía en un ático, y producía una sensación asfixiante. En una sola habitación tenía un catre, una cocina de gas, una mini-nevera y una estantería con algunas de sus pocas pertenencias personales. Tenía un cuarto adjunto, sin siquiera puerta, con un retrete y una bañera con apenas espacio para poder sentarse. Las paredes estaban llenas de moho, con manchas de humedad por todas partes y el suelo, cubierto de papeles llenos de número y libros. Casi no había espacio ni para caminar. 

     Sin embargo, lo que más impactó a Scott fue el aspecto de Patch. Tan solo llevaba una camiseta negra arrugada y manchada y un vaquero hecho trizas. Su tez morena era ahora pálida enfermiza. El cabello azabache estaba grasiento y tenía aspecto de no haberse afeitado en al menos dos semanas. Lo preocupante de todo aquello fue su expresión abatida y derrotada.

-Tienes un aspecto radiante... - le confesó Patch.

-No podría decir lo mismo de ti. - Y lo decía con toda honestidad.

-Te ofrecería asiento o comida, pero me temo que no tengo ninguna de esas dos cosas.

-No te preocupes.... - Y lo siguió un silencio incómodo.

-Bueno, - dijo Patch - ve directo al grano.

     No sabía cómo empezar. Ambos sabían que estaba ahí por Nora pero, era un tema delicado.

-Nora... - Al sonido de su nombre Patch se estremeció y bajó la cabeza intentando ocultar su rostro. - Eh.. esto... ¿sobrevivió?

     No lo pudo soportar y quería evitar que Scott le viera así. Se puso de espaldas a él, buscó aire en sus pulmones y respondió con un hilillo de voz:

-No.

-Oh Dios, no puede ser... - Se apoyó contra la pared, intentando asimilarlo aunque en cierto modo se lo temía.

-¡ES TODO TU PUTA CULPA! ¡DEBERÍAS HABERLA PROTEGIDO! ¡ESTABAS ALLÍ! ¡ESTABAS ALLÍ, JODER! - explotó Patch. Las palabras salieron de su boca sin haberlas pensado siquiera. 

-Tienes toda la razón. Intenté cubrir su cuerpo para obstaculizar la bala, pero fui demasiado lento... - se le cortó la voz, un llanto estaba a punto de salir disparado de su tráquea.

-Lo siento, de veras. No... no... No tienes nada que ver... Intento echarle la culpa a otra persona para poder liberarme de una carga... Dije que estaría allí para ella, siempre y le fallé. - Se derrumbó en el suelo y una solitaria lágrima recorrió su macilento rostro.

-Le prometí a su padre adoptivo que la protegería, costara lo que costara. Estuve presente durante la muerte de él y no moví un pelo. Repetí lo mismo con su hija...Soy un monstruo, Cipriano. La quería. Era mi única certeza, y la jodí. De nuevo. - Seguidamente acompañó a Patch en su lloro.

     Cuando levantó la cabeza, Patch estaba delante de Scott tendiéndole la mano.

-Necesitamos una buena copa.