Sucumbir

52 3 0
                                    

 Escuchar en sus labios mi nombre virtual, mientras sus ojos escudriñaban mi rostro, me hizo morderme el labio, nerviosa… Allí de pie, uno frente al otro, sin hacer ningún gesto, como si los segundos no pasaran. Su mano acarició mi mejilla y yo incliné mi cabeza a un lado para el contacto fuera más duradero.

-         Creo que vas a perder el juego…- sonreí cogiendo su mano.

-         Y yo creo que hoy, al menos hoy, nos merecemos dejar de lado los juegos.

-         Bueno, no sé… Tú eres el creador del juego, yo no…

-         ¿Tienes miedo?- me dijo levantando con su mano mi barbilla.

-         Pues no lo sé… Por una lado sí, porque no sé lo que esperar de todo esto.

-         Pues no esperes nada…

-         Creo que eso no es una buena respuesta, jaja.- dije dando una pasos hacia el sofá.- Eso no me tranquiliza nada.

Me senté en el sofá para que, segundos después, él se sentara a mi lado; parecía muy tranquilo, como si controlara totalmente la situación y, la verdad, yo agradecía que al menos uno de los dos supiera donde nos llevaba todo esto.

-         Mira, ya era hora de que tuviéramos una charla… En clase nunca hablamos y en Internet eres Rei… Quiero conocer a Nat.

-         Bueno, lo estás arreglando…

-         Jajaja… Eres durilla, ¿eh?

-         Tengo buen maestro, mi Gendo.- sonreí de forma picara.

-         ¿De qué quieres la pizza?- dijo mostrándome el teléfono en su mano.

-         De jamón…

Cogió el teléfono y marcó el número de la pizzería y comenzó a andar por el salón de la casa mientras hacía el pedido; yo lo observaba sentaba en el sofá, como si todavía no me pudiera creer lo que estaba pasando esa noche… En ningún momento pensé en un acercamiento tan repentino entre nosotros; una estúpida sonrisa se había dibujado en mi cara y amenazaba con no irse de allí jamás. Pero había un problema, y es qué Pedro quería conocer a Nat, a mi verdadero yo y  temía abrirme con él cara a cara.

-         Ya está…- dijo colgando el teléfono y sentándose en el sofá.

-         ¿Te puedo preguntar una cosa?

-         Claro, dime…

-         ¿Por qué te fijaste en mí? ¿Y cuándo?

-         Joder, vaya preguntita, ¿no?

-         Bueno, dijiste que querías que nos conociéramos…

Se quedó unos momentos con gesto pensativo, pero sin dejar de mirarme un instante… Sus ojos recorrieron desde mis pies hasta mi cara, provocándome un escalofrío de excitación… No puedo decir que no recibiera miradas de muchos hombres al caminar por la calle, pero los ojos de mi Gendo tenían algo especial.

-         Si te digo la verdad, desde el primer momento que te vi en el portal con tu padre me gustaste, aunque tu forma de ser dejara mucho que desear.

-         ¡Ah, vale! Gracias…- dije haciéndome la ofendida.

-         Por dios, me miraste como si quisiera ligar contigo…

-         Bueno, con el tiempo se ha demostrado que no iba muy desencaminada.

-         Jajaja… Pues si te soy sincero, en ese momento no tenía ninguna intención de ligar contigo… Fue cuando me acusaste de mirarte las piernas, eso me gustó mucho.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 16, 2014 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El primero en...Where stories live. Discover now