—¿Su chica? Pero él esta...— saliendo con la nueva vecina, —¿Esa chica es nuestra nueva vecina?

—Al parecer no te has ocupado en conocer la nueva conquista de tu hermano.

—¿Por qué lo haría? No me gusta malgastar mi tiempo.

Pierce me dio una mirada cautelosa, —¿Y tu por qué la estabas siguiendo?

Me encogí de hombros, —Iba a matarla.

—No lo creo, no es tu tipo.

Le sonreí, —Me conoces tan bien.

—Desearía no hacerlo.

—Oh vamos, somos prácticamente hermanos, criarnos juntos en el orfanato fue muy divertido, hasta que me adoptó esa familia de descerebrados.

—Esa familia te cuidó y alimentó, no seas malagradecido.

Volteé los ojos, —¿Qué es lo siguiente? ¿Me dirás que debo amarlos y honrarlos?

—No, no puedo pedirte lo imposible y francamente no me importa.

—Ahora tengo curiosidad, ¿Por qué Adam te pediría que la siguieras?

—Al parecer hay algo mal con ella, él no sabe explicarlo, pero cree que algo no esta bien, que algo esta pasando en esa casa y ella no dice nada.

Esto se esta volviendo aún más interesante.

—Ella salió llorando del consultorio, tal vez el doctor sepa algo.

—Si crees que el doctor violará la ley de confidencialidad del paciente, no lo conoces bien.

—Puede que lo haga, si le muestras una orden.

Pierce ladeó su cabeza, —¿Y de donde se supone que sacaré una orden falsa?

—¿En serio? ¿Intentarás ese estúpido acto de hombre bueno conmigo?

Pierce se rió abiertamente, —Bien, conseguiré la orden.

—Mantenme informado.

—¿Y por qué haría eso?

—Solo hazlo, será como en los viejos tiempos.

Pierce sacudió su cabeza, le hice un saludo militar en burla mientras subía el vidrio del auto.

-

No esperaba volver a ver a la chica de las lagrimas tan rápido.

Apenas habían pasado unos días cuando Adam la trajo a casa, él me había pedido explícitamente que no saliera, no quería presentármela, al parecer, mi hermano adoptivo me temía un poco y no lo culpaba.

Verán, Adam era un chico común pero muy inteligente, cuando llegué a esta casa a mis 16 años, no le tomó mucho tiempo darse cuenta de que yo no era normal, de que mis demostraciones de afecto hacia sus padres no eran genuinas y que mi frialdad iba más allá de un asunto de rebeldía adolescente. No diría que nos llevábamos mal pero si manteníamos una distancia entre nosotros y para ser honesto, no me importaba.

Me quedé en mi habitación, observando desde la ventana como él y su chica jugaban en la nieve, construyendo un hombre de nieve y lanzándose la misma de vez en cuando. Lucían como una puta propaganda de invierno, estaba a punto de alejarme de la ventana cuando observé algo que llamó mi atención.

Adam la besó, abrazándola y besando su cuello. Su expresión se tornó incomoda y por un momento sus ojos se enrojecieron, se veía como si necesitara empujar a mi hermano lejos de ella. Adam, sin poder ver lo que yo veía, siguió besando su cuello, apretándola contra él. Ella hizo una mueca de molestia y cuando el se alejó, ella disfrazó su expresión por una de alegría.

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Where stories live. Discover now