Capítulo 2 "Familia"

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Me dejé caer en mi cama cuando la mayoría de mis pertenencias como libros, peluches, figurillas de porcelana entre otras cosas, estaban en cajas.

Me sentía aliviada de haber terminado ya con las cosas de la mudanza, aunque aún faltaban algunas cosas muy importantes como mis zapatos, bolsos y carteras. Sin embargo había algo que no me gustaba acerca de la mudanza, es decir, cambiar de casa e incluso de país sólo porque a Caleb no le agradaba ni él a mí era algo estúpido.

Pero también era algo obvio que mis padres quisieran un nuevo comienzo dado que dos días atrás acabábamos de ser expulsados de Moore Preparatory School, pues según el director Sameth habíamos llegado demasiado lejos con nuestras molestas bromas hacia el otro, ya que ésta vez habíamos afectado a terceros, como al equipo de porristas, las chicas de soccer y a las entrenadoras Lin Yao y Parrish dejando su cabello de color verde vómito a causa de usar las duchas y a los chicos de béisbol, basquetbol, atletismo y de natación oliendo a drenaje, perro mojado y totalmente llenos de polvo pica pica... ¿Quién diría que mi hermano no iría a entrenar al gimnasio ése día y que además irían los demás chicos? Claramente no estaba planeado.

Y al parecer mis padres ya no querían buscar una nueva escuela en Inglaterra y preferían buscar en dónde no conocieran nuestros antecedentes... En Suiza.

— Kennedy —la voz de mamá sonó al otro lado de la puerta por lo que me levanté y caminé para abrir— Es hora de cenar, tus abuelos y tíos ya llegaron —me avisó y fruncí el ceño.

— O sea que ellos ya sabían que nos mudaríamos ¿O me equivoco? —pregunté a mamá quien me miraba en silencio, suspiré y por encima del hombro de mamá noté a mi hermano parado frente a la puerta de su habitación.

Mamá volteó a ver lo que yo veía y se sorprendió al ver a Caleb.

— Caleb —el tono de mamá demostraba culpa por lo que mi hermano sólo negó y caminó hasta las escaleras para bajar a la sala.

— Al mal paso darle prisa —murmuré y sin esperar a mamá, bajé las escaleras rápidamente.

— ¡Oh, Kennedy, querida! —exclamó mi abuelo Jhon al verme y sonreí.

— Abuelo —hablé alegre mientras lo abrazaba— ¿Cuándo regresaron de su viaje? —pregunté separándome y saludando a mi abuela.

— Llegamos hoy, estábamos en Barcelona cuando tú padre nos llamó contándonos los cambios de planes que habían tenido —respondió mientras abrazaba por lo hombros a Caleb, quién no evitó apretar la mandíbula al escucharlo.

— ¿Desde cuándo sabían que mis padres querían hacer ésta... —miré mal a Caleb y él suspiró— ... ésta inesperada mudanza?

— Creo que ya deberíamos sentarnos —opinó mi tío Ryan y el abuelo se encogió de hombros.

— Es hora de la cena, hijo —evadió mi abuelo y mi hermano sólo asintió.

— Kennedy —la tía Riley llamó mi atención y fui a ella enseguida.

— Tía Riley —abracé a mi tía y también a su esposo— Tío Logan, tengo que seguir saludando así que con permiso.

Saludé a casi todos mis familiares hasta que encontré a las hijas de mi tío Brian.

— Falto yo —hablaron al unísono las gemelas y se miraron mal.

Reí junto a mis tíos y primos y nos sentamos a cenar.

— ¿Ya tienen lista la casa en Zurich? —preguntó mi tía Valery y suspiré.

Miré a mi hermano y él había dejado de comer.

— Sí, he ido en el último mes a hacer las remodelaciones y cambios necesarios para tener una casa increíble —se enorgulleció papá pero no le quería dar mucha importancia al tema.

— ¿Y qué dijo Kian acerca de que viajarían a Zurich como ellos? —preguntó Riley y mi papá rió.

— Que nunca me debí haber llevado a Sky —contestó y miró a mamá— Lo que no sabe es que ella me trajo aquí.

La cena transcurrió sin otro incidente y cuando terminamos solo hablaban acerca de sus tiempos de juventud mientras mis abuelos solo se limitaban a hacer bromas con doble sentido que hasta cierto punto me ponían incómoda.

— Bueno, que tengan una bella y hermosa noche, adiós —hablé levantándome de la mesa yendo directamente a mi habitación.

Me puse mi pijama, apagué mi luz y me metí en mi cama.

Mañana sería otro día y sólo esperaba que pudiera ser mejor.

***

— ¡Jayden! ¡¿En dónde está el bendito pasaporte de Allie?! —preguntó mamá desde la planta baja y mi papá se acercó con rapidez a las escaleras.

— ¡Está en mi estudio, en el primer cajón de mi escritorio! —contestó de la misma manera y caminó hacia su habitación— Kennedy, por favor, ayúdanos y baja el equipaje de Allie ya que por lo que veo, tú ya has terminado —bufé y papá se detuvo frente a mí— Kenny, por favor pon algo de tu parte y ayúdanos —se escuchó un ruido y era mi hermano saliendo de su guarida— Sé que no es fácil nada de esto, para ninguno de los dos, pero necesitamos a nuestros hijos —fue lo último que papá dijo antes de señalar la habitación de Allie y seguir su camino.

Miré a mi hermano y él rodó los ojos.

— Yo bajo el equipaje —dije lo más rápido posible, caminando a la habitación de Allie y él suspiró.

— Supongo que me toca bajar las cajas —aceptó con resignación y asentí.

Al terminar de hacer lo que papá nos había pedido, nos despedimos de mis tíos Riley y Logan y de sus hijos; Hailee y Luka para después subir a la camioneta y salir directo al aeropuerto de Londres.

Llegamos al aeropuerto e hicimos todos los procesos necesarios para poder abordar el avión.

Para mí desgracia, mis padres iban un asiento adelante junto con Allie mientras a mí me habían dejado con mi hermano.

— Bueno, rarita, es mejor que no me pidas nada durante éstas ocho horas siguientes —me advirtió el tarado y reí con sarcasmo.

— Yo a tí no te pediría nada —respondí y lo miré— Bueno sí —agregué y él arqueó una ceja— Cámbiame el lugar, quiero ir junto a la ventanilla.

— No —respondió sin vacilar y lo miré fijamente, e iba a abrir mi boca para hablar pero él habló primero— No dejarás de insistir ¿Cierto? —negué y él suspiró— Bien.

Así es, muchas veces lograba ganarle y muchas perdía.

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Caleb Sykes en multimedia.

Un Arte El Enamorarte (EPDMV #2) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora