Guerra

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El arma es pesada, demasiado para mi gusto.
Tengo 19 años y estoy luchando por intereses que no siento propios, dejando los mios de lado. Estoy dejando que mis miedos me consuman.
Ya no vivo. Solo sobrevivo.
Y esta guerra no la empecé yo. No es mía. Esta guerra no va a beneficiarme, y yo estoy poniendo el cuerpo.
La guerra no la empezaron los chicos contra los que peleo. No es de ellos. No los beneficia. Pero tengo que asesinarlos antes de que me asesinen. Nos entrenaron para eso.
Estando aca me di cuenta de que la realidad supera la ficción. Y que mil veces prefiero estar poseído por un demonio o que un fantasma embruje mi casa. Porque esos monstruos asustan, pero solo hasta que apagamos el televisor, o prendemos la luz.
Me asusta más el hambre que esta pasando mi mamá en mi casa, me asusta como vive.
Me asusta más saber que mi vida se puede terminar por culpa de una bala.
Me asusta más la capacidad que tiene mi mente de eliminar todo tipo de culpa cuando mato a un pibe del bando contrario, como si fuera todo un psicópata.
Y mi mamá. Ese ser de luz al que admire mi vida entera. Me crió, me educó, me amó incondicionalmente sin pensar en todas las cagadas que me mandé.
Mi mamá, ella se esforzó para que sea quien soy, se esforzó para que todo termine con dos golpes en la puerta y la obligación de defender a mi país.
Estoy bailando con la muerte. Y no por elección.
Estoy caminando en una cuerda floja en el medio del campo de batalla, que se va a cortar en cuanto otro soldado apriete el gatillo.
Si vuelvo a mi casa, no voy a ser el mismo.
Mi vida va a estar marcada por las tumbas, armas y jóvenes que preparó mi país para defender sus intereses.
Mi vida va a estar marcada por el ruido ensordecedor de los tiros, de las bombas, de los gritos de miedo y llantos de angustia.
Mi vida va a estar marcada por la sangre que mancha mis manos.
Si me muero, mi vieja querria que este en el cielo con Dios.
Lamento decirte mamá, que Dios no existe, y si lo hace me abandonó hace mucho tiempo.
Y si voy a algún lado va a ser el infierno, los asesinos no merecemos ningún tipo de “reino celestial”.
Mamá, te amo. Pero solo espero que comprendas, que todos nos vamos a morir.
Y si crees en el infierno, ahí voy a estar.
Y si crees en mi vuelta a casa. Ahí te voy a encontrar.

Our warWhere stories live. Discover now