Todos buscan la felicidad

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Victor acarició el cabello de su hijo, mientras este se estremecía nuevamente, probablemente aún quedaban rastros del calor provocado por el reciente celo que había vivido el rubio.

—Mi pequeño.

Victor estaba metido en la cama, junto al omega, quien simplemente dejaba salir suspiros fuertes, como si el aire hubiese estado muy metido en sus pulmones durante mucho tiempo.

Yuuri miraba la escena apoyado nuevamente en el marco de la puerta, sin evitar sonreír al notar el aura de felicidad que ahora dejaba ver Victor sin destajo, esa alegría que podía notarse en su sonrisa, la cual no había sido tan grande desde que ambos habían estado con el menor, cuando ellos también eran menores.

—Se quedó dormido sin comer, no es sano, menos ahora que pasó su primer celo.

—¿Crees que sea mejor que lo despertemos? —Victor miró a su pareja, acariciando la mejilla del rubio con ternura.

—Aún no está lista la comida, por ahora, lo mejor es que le demos tiempo para que descanse

—Iré a ayudarte...—Victor hizo ademan de levantarse, cuando la mano del rubio dio un suave jalón a la camisa del mayor, quien se giró sorprendido, al notar por primera vez como su hijo le estaba exigiendo su presencia.

—Quédate. — Yuuri se acercó a la cama y dejó un suave beso en la frente de Yuri y luego uno en los labios de Victor. — es cierto que no podemos volver al pasado y tener a nuestro bebé Victor, pero nuestro hijo es un niño aún, nos necesita, creo que lo justo es que le demos toda la atención que le negamos.

—Lo hicimos por su bien...

—Sí, pero nunca pensamos si el realmente pensaba diferente, creo que también éramos muy niños, tomamos una decisión demasiado pronto y no pensamos realmente si debíamos seguir tratando de luchar por estar a su lado.

Ambos se quedaron en silencio, Yuuri salió del cuarto, sin recibir una respuesta de su pareja; se fue a la cocina a mirar la comida y por mucho que deseaba mantenerse sereno por la situación que estaban pasando, la sonrisa en sus labios, simplemente se posaba en su rostro, como si por primera vez en mucho tiempo la felicidad que tanto deseaba tener junto con Victor, estuviese a su alcance.

Continuó con la comida, tarareando una cancioncita, una y otra vez, cerrando los ojos y balanceándose como si en sus pensamientos estuviera en medio de una pista.

Pasaron largos minutos, hasta que Yuuri se percató que no estaba solo en el lugar, la presencia a sus espaldas lo hizo sonreír nuevamente.

—Pensé que estarías dormido...—el olor era dulce, una fragancia que fácilmente se podía confundir con el olor a las fresas de un pastel recién horneado. — me alegra que te pusieras algo sobre los hombros, estar metido en la cama y ahora venir así de golpe, puede ser malo para tú salud, Yurio. — El japonés se giró y sonrió al notar el visible sonrojo en las mejillas del menor, quien lo miraba, con ternura desde el pasillo que unía las habitaciones con la cocina.

Conociendo a mamáWhere stories live. Discover now