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Pov's Siomara

Comencé a ordenar la ropa del príncipe de ninguna manera en especial.  Mi mala suerte de ser la única que estaba en casa y responder el teléfono. Pero ya estoy acá y no puedo hacer nada. Él desempaco las otras maletas que tenía.  Yo no tenía ni la mitad de su ropa, creo que podría tener la mitad de la ropa que había en la maleta más pequeña.

A diferencia de las otras doncellas, toda mi ropa la hacía yo, y cuando necesitaba ayuda le pedía a Mary (Una amiga de mi madre). Pero, aun así, me salía bastante trabajo conseguir los colores y telas que me gustaban. No teníamos permitido usar telas del taller de palacio. 

- ¿Siempre eres silenciosa? - Dijo el príncipe

-Solo a veces, más bien cuando no me siento bien. - Dije.

- ¿No te sientes bien? - 

-creo que no he descansado bien. - Dije

- ¿Por qué no lo has hecho?

-Por la llega de usted la "encargada" de las doncellas, Annabelle. Bueno digamos que no ha descansado hasta que esté todo limpio y por no descansado me refiero a que no nos ha dejado descansar a nosotras también. Hemos estado hace una semana limpiando diversas partes de palacio.

- ¿No te llevas bien con ella? - Dijo sacando la última ropa que había en la maleta.

-No es eso, creo que es su forma de decir las cosas la que nos molesta o a mí por lo menos. - Dije aclarando. - Además ella cree que por ser quien manda debe supervisar solamente y no ayuda mucho. O más bien nada.

-Osea manda, pero ella no ayuda. -

-Exactamente eso. No le agrada cuando hacemos el trabajo bien, ella siempre nos encuentra un error. Siempre tenemos algo, las cosas pueden estar bien hechas, pero siempre hay algo.

Recuerdo cuando la hermana del Rey me pidió que limpiara su habitación de tal forma que no moviera nada, y que si lo hacia lo dejara ahí mismo después.  Yo lo hice tal cual ella lo pidió, pero cuando llego Annabelle comenzó a decir que a la duquesa le gustaba de otra forma, y ella lo sabía. Al final cuando ella llego comenzó a retarme y decir que no podía cumplir una simple orden de no mover las cosa.

Yo le explique que Annabelle había cambiado las cosas porque según así le gustaba a ella. Me dijo que ella era la duquesa y que tenía que hacer lo que ella dijera no lo que una sirvienta diga.

- ¿Por qué crees que sea así? -

-No lo sé, ella desde que llegue es así. No sé si habrá sido siempre así, pero por lo menos conmigo lo ha sido.

- ¿Ya no estás molesta? - Dijo, lo que me tomo por sorpresa.

-¿Cómo?  - Dije sorprendida

-Si ya no estas molesta por como te hable en la laguna

-No lo he estado. - Dije

- está bien, ¿Quieres que te ayude? -  Dijo finalizando

-No alteza, no se preocupe. - Dije sonriendo.

-Es que me siento inútil. - Dijo quejándose

-En las otras partes en la que estaba ¿Lo hacía?

-No, no se me permitía.

-Pues aquí es lo mismo. - Dije sonriendo

Él tenía una maleta escondida yo no la había visto.

-Déjelo, ya lo hago yo. - Dije

-No.- Dijo. -  Esto es personal, no te preocupes.

-Está bien. Si necesita ayuda, me avisa. – Y le sonreí

Cuando menos lo esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora