8

7.1K 302 51
                                    

La semana paso mas rápido de lo normal y desde entonces, Hannah y yo no hemos hablado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La semana paso mas rápido de lo normal y desde entonces, Hannah y yo no hemos hablado.

Voy a irme a la Universidad mañana y ya no veré a mi Hannah.

Su cumpleaños sera en tres días y estoy pensando en regalarle algo especial.

Ella decidió hacer una reunión en familia porque no quería una fiesta en grande.

Termine de desayunar y lleve mi plato al fregadero, donde estaba mi mama hablando con Hannah animadamente.

En cuanto me vio Hannah salio de la cocina.

Rápidamente deje mis platos sobre el fregadero y salí en busca de ella, sabia que estaba en su habitacion pues siempre que me ve, me evita.

Corrí hacia las escaleras y antes de que ella entrara a su habitacion, la tome del brazo y la estampe contra la pared pegando mi cuerpo con el suyo para que no lograse escapar.

-¡Suéltame! ¡Shawn! Te lo advierto -decía Hannah molesta.

-No te voy a soltar hasta que me perdones. -replique poniendo mi mano libre, en su mejilla.

-Perdonado, listo, ¡ya! ¡suéltame! -vocifero ella retorciéndose entre mis brazos.

-Hannah, estoy hablando en serio -murmure empezando me a molestar.

-¡Yo tambien!

-Hannah, por favor... -dije con dolor -No puedo seguir así, no podemos estar así, de verdad, yo vine aquí para pasar tiempo contigo y...

-Eso lo hubieras pensado antes de traer a esa chica idiota a mi casa, deberías haberte repetido  ''estoy con Hannah no con otra'' pero no lo hiciste, ¿verdad?

- ¡Ya basta! vine a ti ahora con un solo propósito y es que me perdones, ahora, compórtate como una chica madura y resolvamos esto como adultos. -mi paciencia se estaba agotando.

-¿Adultos? No se si lo sabrás pero solo tengo quince años, y tu diecinueve, estarías lejos de ser un adulto si sigues trayendo a chicas ofrecidas a mi casa. Se supone que seras un doctor pronto, esta no es la actitud de uno, si sigues haciendo esto terminaras con la vida de las personas. -espeto furiosa.

Eso me dolió. Yo no era así, daba lo mejor de mi para ser el mejor doctor para cuidar de nuestros padres y de mi Hannah. 

Jamas dejaría morir a alguien.

-Pues entonces olvídalo, nose porque pierdo tiempo contigo cuando debería estar con ella -respondí igual de furioso que ella.

La solté agresivamente y camine dando grandes zancadas hacia mi habitacion.

Me senté en mi cama y puse mis manos en mi cara frustrado.

Ya no sabia que hacer. Hannah me odia y ahora dudo de mi meta en la vida. No se si estoy hecho para ser un verdadero doctor. 

La puerta de mi habitacion se abrió lentamente e inmediatamente levante la cabeza para ver quien era y de ella entro Hannah, con su pequeño short y su blusa especial de Harry Styles.

Entro cautelosamente y cerro la puerta a sus espaldas, luego camino hacia mi sin hacer mucho ruido.

Me había quedado embobado mirando sus largas piernas que no me di cuenta cuando se había arrodillado frente a mi y me miraba apenada.

Duramos unos cuantos minutos viéndonos hasta que ella rompió el silencio.

-Shawn... -susurro mirándome y lentamente, me abrazo recostando su cabeza en mi hombro.

Le correspondí al abrazo pues nunca me negaría a ellos.

Respire de nuevo ese rico aroma a fresas silvestres y sonrei automáticamente.

-Perdóname Shawn.. yo se que amas estudiar medicina y que jamas dejarías morir aun paciente, si es que los tuvieras, pero es que tu... -dijo con la respiración entrecortada mientras se separaba de nuestro abrazo, pero antes de que pudiera seguir hablando la volví a acercar a mi y poco a poco nos subimos a la cama para quedar recostados.

-Shh, no es tu culpa solamente, tambien es mía... -me subí arriba de ella con cuidado de no aplastarla y pase mis dedos por todo su rostro, delineando los bordes. -Si tan solo no hubiera traído a Shania a la casa no se habría formado este problema.

Fui acercando mi rostro al suyo para lograr lo que quería hacer, mi aliento chocaba contra su cara y el de ella en la mía, estábamos tan cerca que casi podía tocar sus labios pero no quería espantarla.

De repente, la puerta se abrió bruscamente y por instinto, los dos nos alejamos.


Mi hermano. (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora