Mi celular sonó desde la sala. Al tomarlo me sorprendió el número era de Josh en lugar de Lis, no significaba que con él no habláramos por teléfono —al final de cuentas era mi amigo— pero usualmente era yo quien le llamaba a él y no al revés, menos a las 7:00 de la mañana.

—¡Buenos días! —una voz extrañamente chistosa sonó del otro lado en canción.

—¿Josh? —reí—.  ¿Estás bien?.

La persona que hacia la voz del otro lado del teléfono no pudo evitar carcajear en mi oído. Su risa era inconfundible. Rodé los ojos como si pudiese verme.

—Soy yo, Harry —aclaró.

—¿Harry? ¿Cuál Harry? —fingí y le escuché soltar un risa forzada.

—¿Harry Edward Styles, me recuerdas? —río como si no le causará gracia en realidad.

—Mmm... No.  No se quién eres —moleste un poco más riéndome en silencio.

—Bien, Soy aquel chico que conociste fuera de aquella tienda de repostería... Recuerdo que salias  con una caja llena de cupcakes de colores y al bajar el escalón perdiste el equilibrio y todos los cupcakes salieron volando –mientras repasaba lo que había pasado la mañana en que nos conocimos no pude más que sentir nostalgia, algo en mi pecho que me estrujaba el corazón haciéndolo cada vez más pequeño–. Me viste con tus mejillas enrojecidas por la vergüenza a lo que traté de darte una mano para levantarte pero sin darme cuenta mi pie se resbaló en un cupcake rosa haciéndome caer al suelo junto a ti. Me viste con asombro y no pude evitar reírme de todo: de mi resbale, los cupcakes de colores, tus bellos ojos fuera de orbita, nuestro cabello con merengue y la absurda manera en que había conocido al amor de mi vida.

—Y desde entonces tú y el suelo son uno solo –espeté sarcástica. Trataba de no llorar ante el recuerdo y la mejor manera era recordándome que Harry había metido la pata y la había metido bien hondo.

—¿A que te refieres?  –sonó curioso.

—¿De verdad quieres que te lo expliqué o nos ahorramos esa parte y solo empezamos a pelear?.

—No. Al menos ahora me recuerdas,  pero sí gustas... ¡Hola! Mi nombre es Harry Styles,  gusto en conocerte.  ¿Cuál es tu nombre?

—Dejame ver...  Mmm no.

—¿Ahora te llamas "No"?  Bien...

—No es así... –gruñi interrumpiéndolo. 

—¿No es así, qué? —insistió.

—¡Olvídalo! Arruinaste el chiste —mascullé.

—¡Ni siquiera haz contado un chiste! —rió como estúpido.

—Si te lo explico ya no es un chiste Sr. Inteligente...

—Si lo tienes que explicar para que otros lo entiendan es por que apesta —lo escuche contener una carcajada.

—Tal vez, el problema no es el chiste y eres tú que no tienes la más mínima neurona en tu cerebro —contraataqué recibiendo las risas de Harry como respuesta— ¡¿Qué,  de qué te ríes?!

Woman || h.s.  (Completa/En Edición).Where stories live. Discover now