Epílogo.

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Cada día que pasaba, parecía ser una eternidad. Habían decidido ir contra ellos y buscarlos en vez de quedarse esperando a que vinieran por ellos. Salieron durante el día en su busca. Salieron por la noche. No lograron encontrar un sólo cazador. Recorrieron los bosques cercanos a Beacon Hills, siguiendo la lógica aplastante de Stiles, que estaba empeñado en que les pisaban los talones. Sin embargo, no conseguían encontrar una pista. Estaba desquiciado. La falta de sueño hacía evidenciar su nerviosismo y el cansancio que sentía.

Theo, sin embargo vivía esos momentos más calmado, aun que siempre alerta. Trataba de calmar a Stiles cuando este se sentía impotente y se dedicaba a organizar junto a el las partidas de búsqueda, cocinar para todo el mundo, y se entretenía haciendo las tareas del hogar, para poder dejar la mente en blanco. 

Las llamadas a Melissa eran constantes. Un día más significaba también menos provisiones para ella y Claudia. 

No podían verlas, puesto que temían ser seguidos. Por lo que la única opción que tenían eran esas llamadas a Melissa.

Scott había desaparecido. Nadie sabía su paradero. Simplemente había dejado todo organizado para que Theo y Stiles recibieran la ayuda necesaria cuando estos la pidieran.

Lydia pasaba la mayor parte del tiempo en la casa de Stiles y Theo recibiendo a cada momento preguntas de Stiles acerca de sus sensaciones, presentimientos, e incluso sueños.

Malia, cumplía la función de vigilar las cercanías de la casa. Vigilaba a todas y cada una de las personas que se acercaban a esta, siempre escondida para evitar ser vista y poder dar el aviso.

Liam y Kira eran los encargados de ayudar a Malia con la vigilancia cuando no se encargaban de las necesidades de los demás. Lo cuál incluía el conseguir alguna que otra arma y munición suficiente por si las cosas se ponían realmente feas y tenían que atacar a distancia.

Por último, el Sheriff Stilinski se dedicaba a montar controles por distintas calles de Beacon Hills, con la esperanza de encontrar armas en el maletero de algún coche, y poder dar con alguna pista para facilitarle el trabajo a su hijo. 

Todos sabían que de un momento a otro pasarían de una sospechosa tranquilidad repentina, a el caos más absoluto.


A escondidas Parte 1 (Steo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora