—Quiero que me dibujes un árbol, una casa y una persona. —Me extendió una hoja en blanco y un crayón. Su mirada era severa a través de sus pesados anteojos.
— ¿Cómo deben de ser?
Mis pies tamborileaban la pata de la mesa.
—Como tú quieras; pero deben ser un árbol, una casa y una persona.
Empuñé el crayón y cerré los ojos, trayendo a mi mente el árbol de casa de mis tíos en el que solía trepar. Un tronco lo suficientemente delgado para que pudiese sujetarme, pero sin caerme; muchas ramas en la parte posterior, entre las cuales caminar y sin muchas hojas que pudiesen entorpecer la escalada. Lo dibujé.
A mi corta edad, intenté hacer lo más parecido a una casa, pero mi precisión era espantosa y terminé con una construcción deforme con dos ventanas en cruz y una puerta. Dibujo estándar que nos habían enseñado de una casa.
La persona me salió como un monstruo de pelos en forma de chuzos horizontales y líneas más curvas que la casa, con tan solo un círculo para la cabeza y desproporcionado.
La psicóloga observó la creación de una niña de cinco años e hizo una mueca reprobatoria. ¿Qué había hecho mal? Quién sabe, pero no le otorgó mucha validez o credibilidad a una prueba de lo más subjetiva. Miré a mi león blanco con bellas alas de ave y éste se encogió de hombros para luego hacerse un ovillo en mi regazo, la espera fue larga en aquella solitaria sala.
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LOUIS: Las Crónicas de Laverland
Εφηβική ΦαντασίαTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Obra registrada en Safe Creative bajo el código 1712225165356 ¡¡¡¡Ahora a la venta!!!! Info al correo lcpa97@gmail.com "Nunca estás sola." La frase se había vuelto redundante en su voz y sus intensos ojos verdes. Nad...