Capítulo XXXIV.

Magsimula sa umpisa
                                    

—Pero, ¿y si lo hice? —Levi levantó la ceja con una mirada desafiante y dijo el nombre con cierta provocación—, Todd... "Call"... Callaghan.

Call lucía como si no jugara cosas de chiquillos y fingió girar una gorra en su cabeza, demasiado serio para ser verdad. —¡Chartisard, yo te elijo!

—Chicos, chicos, este, uhm... La gente empieza a mirarnos raro.

Luke tuvo que hablar para que lo notaran y esa fue la única manera en que los chicos dejaron de "pelear", pero estaban sentados en el borde de la acera que estaba frente a la tienda de la gasolinera y estaban comiendo el adorable arroz con verduras mientras los trabajadores los miraban con curiosidad. Era un poco más caliente en donde estaban actualmente, al menos más que Baltemor, pero todavía estaba bastante fresco y ventoso y se podía oír los sonidos de la naturaleza con bastante facilidad.

—Vamos a movernos que no quiero estar en la carretera por la noche.

—Muy bien, pero ahora es tu hora de conducir, Levi —dijo Luke mientras le daba las llaves del coche y Call estaba ahora en el asiento trasero.

Volvieron a la pista y siguieron conduciendo, tocando la música del reproductor de audio portátil de Luke y cantando las letras como si no les importara su garganta. Entonces, una melodía divertida los hizo reír y sólo miraron a Luke, casi preguntando si estaba siendo serio en una voz silenciosa.

—No puedo creer que tengas la apertura de Dr. Stump.

—¿Y qué? Es un gran anime y tenía un gran enamoramiento con Arabel cuando era un niño —el chico de los caramelos se defendió y luego no pudo evitar comenzar a cantar, echándose a reír—. Aquí llega, por fin Arabel está aquí. Qui quin, tin tin, tin tin, teke teke, ten ten ten.

—Pin pi pin, pin pon, ¡pacatelas! —Call gritó la canción con una gran sonrisa.

Y de repente, tres hombres cantaban una canción de animación infantil como si todavía recordaran con detalle los días de su infancia. —Sorpresas tienen mil, ¿qué sucederá? El sol tan sonriente se ve. ¿Cerdito?

—Oh, cerdito soy yo. —Call empujó la nariz hacia arriba con el pulgar e hizo una voz tonta, haciendo que rompieran en carcajadas. Levi golpeó el volante con el pulgar al ritmo y todos empezaron a gritar como un grupo de idiotas, y a causa de eso, el chico de la ventana de uno de los coches que pasaron junto a ellos los miró intrigado—. ¿Qué cosas van a pasar? Quiero yo saber. En la aldea Canguro nos vamos a juntar. Sorpresa será, sí, sí, sí, sorpresa será.

Repitieron la misma cosa una vez más, pero esta vez Luke tomó su teléfono para grabarlos y sonrió a la cámara, cantando tan fuerte como pudo y enviando el video corto pero loco a Ellie, con la esperanza de que pudiera verlo.

Empezaron a bailar como locos, tan locos como podían bailar sentados dentro de un coche, y luego todos levantaron una mano y dijeron al mismo tiempo con una voz un poco más aguda. —¡Qué onda! —Y eso fue todo.

—¡Ambas manos en el volante, sietemesino! —Call gritó después.

—¿Sietemesino? —Levi lució confundido—. ¿Qué demonios significa eso?

—El punto ha sido demostrado. Sólo sigue conduciendo y no nos mates.

Levi condujo en silencio y se quedaron así por unos minutos.

—Chicos, ¿no es raro que Silvia no esté con nosotros? —Luke no pudo evitar parecer extrañado, rascándose la barbilla con la mano y mirando el cielo despejado como si tuviera respuestas en las nubes.

—Bueno, n-no realmente, quiero decir, ella dijo que se sentiría extraña sólo con nosotros y ella también se sentía un poco enferma. Dolor de estómago, ¿creo?

Halcyon.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon